
Gremiales | 13 de agosto
Crisis en Acindar: la producción se desploma y arrastra a toda Villa Constitución
La histórica siderúrgica redujo a la mitad su producción y amenaza con paralizar más líneas. El impacto golpea a cooperativas, contratistas, talleres y comercios locales. La UOM reclama un comité de crisis multisectorial.

La planta de Acindar en Villa Constitución atraviesa una de las peores crisis de su historia reciente. La producción anual se redujo drásticamente, pasando de 1.200.000 a solo 600.000 toneladas, lo que encendió las alarmas no solo en el sector metalúrgico, sino también en todo el entramado económico de la ciudad santafesina.
La parálisis parcial de líneas clave —con el cierre del tren laminador número 2 y la inminente detención del tren número 1— profundiza un proceso de deterioro que ya lleva más de 18 meses, bajo un esquema de suspensiones permanentes y adelanto de vacaciones para evitar despidos masivos.
La crisis traspasa los portones de la planta
El problema no se limita a los empleados directos de la empresa. Las consecuencias se sienten con fuerza entre talleres barriales, contratistas, cooperativas y comercios locales, que dependen de la actividad fabril para sostener su funcionamiento.
Desde la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), los delegados Silvio Acosta y Ariel Alcaraz advirtieron sobre un escenario crítico: “Seguimos surfeando la ola con acuerdos de suspensiones”, sostuvo Acosta, mientras apuntó contra el desplome de la obra pública —calculado en un 60%— y la liberalización de importaciones, especialmente desde Brasil, como factores que agravan la situación.
La cooperativa Cooperar, en la cuerda floja
Una de las organizaciones más afectadas es la cooperativa Cooperar, que trabaja dentro de Acindar y actualmente se encuentra bajo conciliación obligatoria. Su continuidad está en duda, y cualquier definición negativa podría significar la pérdida de numerosos puestos de trabajo.
Desde el sindicato reconocen que las medidas de fuerza pierden eficacia en un contexto sin producción, por lo que priorizan el diálogo institucional y la presión para que se conforme un comité de crisis multisectorial que convoque a la empresa, el Estado y todos los actores involucrados.
Un modelo productivo en jaque
La situación de Acindar expone una crisis estructural del modelo industrial argentino. La precarización laboral, la caída de la demanda interna, y el escepticismo ante políticas como el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) configuran un panorama oscuro para el sector siderúrgico y manufacturero.
“No se trata solo de la UOM o de Acindar, sino del futuro de toda una comunidad. Si no se interviene colectivamente, esto va camino a ser irreversible”, advirtieron los trabajadores, quienes reclaman medidas urgentes, sin despidos y con reactivación real.
El mensaje es claro: sin industria, no hay ciudad que resista.
