
Afiliados | 21 de julio
Avanza el vaciamiento laboral: traslados, despidos y desmantelamiento de áreas clave en la Secretaría de Trabajo

El proceso de reestructuración en la Secretaría de Trabajo sigue profundizándose bajo la gestión de Javier Milei, con nuevas medidas que generan preocupación entre los trabajadores del organismo y en el ámbito sindical en general. En los últimos días, se concretó el traslado de la Dirección Nacional de Asociaciones Sindicales (DNAS) al edificio de Leandro N. Alem 650, junto con un recorte drástico de personal y el desmantelamiento de áreas clave.
Como adelantó Mundo Gremial, el cierre definitivo de las oficinas de Callao 114 se concretó este jueves, trasladando la estructura de la DNAS —una dependencia estratégica para el vínculo entre el Estado y los sindicatos— al cuarto piso del nuevo edificio, mientras la mesa de entradas quedó relegada a una sección del tercer piso.
Según fuentes internas, varios departamentos han quedado sin conducción ni personal técnico, a excepción del área de administración. Además, se eliminaron las funciones inspectivas, y al menos nueve trabajadores fueron reubicados en la biblioteca, donde permanecen sin tareas asignadas ni comunicación oficial sobre su situación.
La reestructuración no se detiene ahí. Todo indica que el próximo objetivo es la Dirección Nacional de Relaciones y Regulaciones del Trabajo, actualmente bajo la conducción de Mara Agata Mentoro. Según trascendió, esa dirección sería trasladada a la órbita del Ministerio de Economía la próxima semana, lo que implicaría una mayor centralización de funciones laborales fuera de su marco institucional tradicional.
Pese a la magnitud de los cambios y la incertidumbre reinante, el secretario de Trabajo, Julio Cordero, aún no ha ofrecido declaraciones públicas. El silencio oficial solo profundiza el malestar entre el personal afectado y en los gremios, que ven con alarma el avance de una política que apunta a debilitar la estructura estatal encargada de la regulación laboral y la relación con los sindicatos.
Entre traslados forzados, despidos encubiertos y la falta de comunicación oficial, el vaciamiento de la Secretaría de Trabajo se convierte en una señal preocupante para el futuro del sistema laboral argentino.
