
Gremiales | 22 de julio
El movimiento obrero se planta en la Memoria: gremios recuperan un espacio en la ex ESMA en medio del desmantelamiento libertario

En una jornada cargada de simbolismo y compromiso, el movimiento obrero argentino dio un paso firme en la defensa de la memoria colectiva y los derechos humanos. Mientras el Gobierno nacional avanza con una política de desfinanciamiento y negacionismo, más de treinta gremios, encabezados por la CGT, protagonizaron una jornada de trabajo solidario en la ex ESMA, con el objetivo de recuperar un espacio propio dentro del Sitio de Memoria.
La actividad fue coordinada por Maia Volcovinsky y Julio Piumato, referentes de la Secretaría de Derechos Humanos de la CGT, quienes lideraron las tareas de limpieza y acondicionamiento del lugar, como puntapié inicial de un proyecto que busca poner en valor la historia del sindicalismo en dictadura, en contraste con el modelo de ajuste y olvido que impulsa Javier Milei.
“Esta jornada se enmarca en la firme decisión de mantener viva la memoria de lucha del movimiento obrero organizado durante la Dictadura y su rol central en la recuperación democrática”, destacaron desde la organización.
El encuentro, que tuvo como escenario la Casa de las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, incluyó además un homenaje a dirigentes gremiales detenidos desaparecidos, como Jorge Di Pasquale (Sindicato de Farmacia) y Oscar Smith (Luz y Fuerza), dos figuras emblemáticas del sindicalismo combativo que fueron blanco del terrorismo de Estado.
Participaron del cierre dirigentes sindicales como Pablo Flores (AEFIP), Vanesa Núñez (UTEDYC), Walter Merkis (FATUN), Elena Ferreyra (APL), Laura Lorenzo (SMATA), Víctor Carricarte (Farmacia), Belén Ratto (SUTEP) y Luis Cáceres (Ladrilleros), además de la legisladora Victoria Montenegro, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos en la Legislatura porteña.
Desde la CGT remarcaron que los ex centros clandestinos de detención deben ser preservados como prueba y como memoria activa frente al intento de “borrar la historia reciente y relativizar el accionar del terrorismo de Estado”.
En el horizonte, ya se trabaja en una serie de acciones de cara al 50° aniversario del golpe de Estado de 1976, fecha que, paradójicamente, coincidirá con un gobierno nacional que banaliza la dictadura y ataca a las organizaciones de derechos humanos.
Mientras el Ejecutivo nacional impulsa el cierre de programas de memoria y amenaza con desfinanciar espacios emblemáticos como el Museo Sitio de Memoria ESMA, reconocido por la UNESCO como Patrimonio Mundial, el sindicalismo responde con presencia, organización y compromiso histórico.
"A contramano de las políticas libertarias, el movimiento obrero vuelve a ocupar su lugar en la historia", resumieron desde la CGT. Un gesto político de fuerte contenido simbólico, que reafirma que sin memoria no hay justicia, y sin justicia no hay democracia posible.
