Martes 22 de Julio de 2025

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Vacaciones sin turistas: la industria del turismo argentino atraviesa una de sus peores crisis

Con reservas que no superan el 25% y hoteles que directamente no abrirán sus puertas, el turismo de invierno en Argentina se enfrenta a un derrumbe sin precedentes. Destinos tradicionales como Mar del Plata, Bariloche, la Costa Atlántica y el norte del país lucen vacíos en plena temporada alta, mientras el sector habla abiertamente de una "catástrofe".

El panorama es alarmante. Según Eduardo Palena, vicepresidente de la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica (AEHG) de Mar del Plata, la situación es crítica: “Hay hoteles que no tienen ni una sola reserva. Especialmente los de menor categoría están atravesando un momento muy complicado”. Las reservas en la ciudad balnearia apenas alcanzan el 25%, muy por debajo del 60% habitual en temporadas anteriores.

En la Costa Atlántica, la imagen se repite. Pinamar y Villa Gesell no llegan ni al 20% de ocupación. “Será muy difícil revertirlo”, reconoció Hernán Szkrohal, también integrante de la AEHG.

El problema es nacional: la crisis golpea también a Bariloche, donde la expectativa es "casi nula", y al norte argentino. En Catamarca, Cristian Fernández, titular de la Asociación de Agencias de Viajes local, fue tajante: “Esto no es solo un problema regional, es de todo el país”.

El principal factor que explica esta situación es el derrumbe del poder adquisitivo de las familias argentinas. “La gente no viaja porque no tiene plata”, afirman sin rodeos desde el sector turístico.

Hoteles que no abrirán y empleos en riesgo

La desesperación es tal que muchos hoteles decidieron no abrir en vacaciones, especialmente aquellos de 2 y 3 estrellas. “Hicieron los números y no les da”, advirtieron desde Mar del Plata. Esto ya impacta de lleno en el empleo del sector hotelero-gastronómico, con miles de puestos de trabajo en riesgo.

Además, la incertidumbre ya alcanza al verano: las reservas para la temporada estival también muestran un ritmo preocupantemente lento, incluso para los fines de semana largos, que históricamente colmaban la capacidad hotelera.

El turismo, uno de los motores clave de la economía en muchas regiones del país, está en alerta roja. La falta de visitantes no solo afecta a empresarios del sector, sino también a trabajadores, emprendedores locales y economías regionales que dependen directamente del movimiento turístico.

 

Mientras tanto, desde las cámaras empresariales exigen medidas urgentes para contener la caída y evitar el colapso total de una industria que hoy enfrenta uno de los inviernos más desoladores de las últimas décadas.

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