El diputado nacional Máximo Kirchner cuestionó públicamente a la conducción de la CGT por no haber asistido a la reciente movilización en defensa de Cristina Fernández de Kirchner, tras la confirmación de la condena en su contra por la causa Vialidad. La protesta tuvo lugar el pasado miércoles en Plaza de Mayo y reunió a diversas organizaciones sociales y políticas.

“Me hubiera encantado que los tres que la conducen vinieran y acercaran su solidaridad, aunque no les guste Cristina como dirigente o no se sientan representados por ella. Eso es válido, pero su presencia les hubiera hecho bien a ellos en su vínculo con la sociedad”, expresó Kirchner durante una entrevista con Página/12, en una crítica directa al triunvirato de la CGT integrado por Héctor Daer, Pablo Moyano y Carlos Acuña.

El legislador sostuvo que la central sindical “tiene sus propias lógicas y tiempos” y reconoció que atraviesa una etapa de transición interna, de cara a una posible renovación de autoridades en los próximos meses. No obstante, remarcó que la movilización popular superó al peronismo y demostró una solidaridad transversal, incluso desde espacios ajenos al kirchnerismo. “Había partidos de izquierda, movimientos sociales, gente que quizás no votó a Cristina. La sociedad reaccionó”, señaló.

Máximo Kirchner también dejó una metáfora crítica sobre el papel pasivo de algunos actores políticos y sindicales: “Reformulé un viejo chiste: ¿qué es un esqueleto en el ropero? Es un tiempista que jugó a las escondidas y ganó”, ironizó, en alusión a quienes prefieren el silencio o la cautela en momentos de tensión política.

Además, apuntó contra los sectores de poder que, a su juicio, impulsan mecanismos para apartar a dirigentes populares: “Hay gente con mucho poder que no tiene votos y que cuando ve que va a perder, busca cómo sacarte de la cancha”, denunció en referencia al fallo judicial que inhabilita a su madre de por vida para ejercer cargos públicos.

En otro tramo de la entrevista, el dirigente de La Cámpora se refirió al debate interno del peronismo, marcado por tensiones entre su sector y referentes alineados con el gobernador Axel Kicillof. “Hay que discutir las políticas, no caer en disputas personales. No alcanza con construir un frente solo anti Milei. Tenemos que trabajar para que el próximo gobierno con ideas distintas también se vaya con legitimidad, como se fue Cristina”, remarcó.

Kirchner consideró que la persecución judicial contra su madre puede convertirse en un factor de unidad para reorganizar al peronismo y retomar la iniciativa política. “El desafío no es solo llegar a la Casa Rosada, sino también irse con dignidad al terminar el mandato”, concluyó.