
Afiliados | 07 de julio
JP Morgan: del aplauso al portazo, una historia repetida en Argentina

Hace menos de tres meses, el poderoso banco de inversión JP Morgan celebraba con entusiasmo los primeros pasos del plan económico del gobierno de Javier Milei. El 15 de abril, tras el anuncio de la flexibilización del cepo cambiario y la liberación de movimientos de capitales, el banco definió las medidas como "más allá de nuestras expectativas optimistas" y vaticinó que permitirían liberar "el potencial reprimido" de la economía argentina.
Pero la luna de miel duró poco. A fines de junio, con ganancias del 10,4% en dólares obtenidas gracias a una estrategia de carry trade, el banco cambió de discurso. "Preferimos esperar mejores condiciones para reingresar", dijo, advirtiendo sobre riesgos fiscales, presión turística sobre las divisas, volatilidad electoral y la necesidad de intervención oficial en el mercado de futuros.
Del furor inversor al repliegue táctico
En abril, JP Morgan promovió con fuerza el ingreso de dólares especulativos a través de las Lecap, apostando a la rentabilidad de las tasas locales. El plan era claro: ingresar dólares, cambiarlos por pesos, invertir en títulos de corto plazo, y luego salir con una ganancia asegurada y libre de restricciones. El resultado fue contundente: una ganancia del 10,4% en apenas 73 días, según detalló el periodista Matías Barbería. El banco compró Lecaps a 129,38 pesos y vendió a 139,80, mientras el precio del dólar se mantenía estable o incluso levemente más bajo.
Con los bolsillos llenos, el banco decidió ahora dar un paso al costado. Lo que antes consideraba un contexto promisorio, ahora lo percibe como riesgoso. La diferencia es que ya capitalizó el negocio.
Caputo, en pie de guerra
El giro de JP Morgan no pasó desapercibido en el Gobierno. El ministro Luis Caputo reaccionó con tono desafiante: “Comprá, no te la pierdas campeón”, lanzó, en un intento por frenar la desconfianza creciente en el mercado. Pero las cifras hablan por sí solas: esta semana el dólar oficial subió a 1260 pesos, el mayorista trepó a 1240 pesos y los contratos a futuro marcan expectativas de un tipo de cambio en 1422 pesos para diciembre, muy por encima de la meta oficial de 1229 pesos.
Un déjà vu financiero
El comportamiento de JP Morgan no es nuevo para la historia argentina. El episodio recuerda al abril de 2018, cuando el mismo banco fue protagonista de un giro abrupto que dejó huellas profundas en el gobierno de Mauricio Macri. Entonces, el banco también apostó al carry trade, desarmó posiciones de forma anticipada y desató una corrida cambiaria que obligó al BCRA a vender 1472 millones de dólares en un solo día. Poco después, la crisis culminó en un acuerdo récord con el FMI por 45.000 millones de dólares.
El patrón se repite: llegada de capitales especulativos, rentabilidades altísimas en tiempo récord, salida masiva, y una economía que queda tambaleando.
Ganancias concentradas, costos socializados
Este tipo de esquema económico, basado en la valorización financiera y la apertura total al capital especulativo, suele generar beneficios descomunales para bancos internacionales y grandes fondos de inversión. Pero también suele tener consecuencias negativas para el resto: industria debilitada, caída del consumo, pérdida de poder adquisitivo y aumento de la deuda pública.
La narrativa oficial y mediática intenta presentar esas ganancias como una señal de éxito generalizado. Pero en los hechos, el resultado suele ser el mismo: las utilidades se fugan, y lo que queda son los costos. Los mismos que terminan pagando los sectores más vulnerables de la población, trabajadores y jubilados incluidos.
