Con una contundente muestra de unidad, los trabajadores de Molinos Río de la Plata en Esteban Echeverría rechazaron por unanimidad cualquier intento de rebaja salarial por parte de la empresa. La decisión fue tomada en asambleas realizadas en los tres turnos de producción, luego de que la compañía —propiedad del Grupo Pérez Companc— propusiera reducir sueldos en medio de un conflicto aún sin resolver y en violación de la conciliación obligatoria.
La propuesta empresarial fue presentada en una reunión con la Comisión Interna de la fábrica y la conducción del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación (STIA-Filial Buenos Aires), en la que Molinos condicionó una salida al conflicto a la firma de un acuerdo de reducción salarial. Los trabajadores rechazaron tajantemente la medida, al considerarla un retroceso sobre conquistas logradas mediante negociación colectiva durante años.
“La propuesta de la empresa es una entrega total de nuestros derechos”, expresaron delegados. A esto se suma el anuncio de la empresa de sostener los 10 despidos ya ejecutados y avanzar con otros 22, profundizando el clima de tensión.
Ante la gravedad de la situación, las asambleas resolvieron exigir al sindicato que presente una medida cautelar ante la Justicia laboral para frenar cualquier intento de rebaja salarial individual, lo que constituiría un nuevo incumplimiento de la conciliación obligatoria. Además, se solicitó al Ministerio de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires una inspección urgente para determinar las dotaciones mínimas de personal, con el objetivo de evitar recortes que afecten la salud y seguridad de los operarios.
Los trabajadores también cuestionaron con dureza al Grupo Pérez Companc, una de las familias más acaudaladas del país, por impulsar un ajuste sobre sueldos ya depreciados. Recordaron que durante el gobierno de Mauricio Macri se les condonó una deuda de más de 70 millones de dólares, equivalente a más de una década de salarios de toda la planta. Asimismo, durante la pandemia, recibieron subsidios estatales mientras sus ganancias crecían.
“La empresa no tiene pérdidas. Nuestros salarios son los más bajos en 15 años y todavía quieren recortar más. Nunca les fue tan barato el costo laboral”, enfatizaron los trabajadores, quienes además remarcaron que ninguna empresa cierra por pagar sueldos dignos, desmintiendo así uno de los argumentos usados para justificar los recortes.
Con la decisión de mantenerse firmes y judicializar la situación si es necesario, la planta de Esteban Echeverría se convirtió en un nuevo foco de conflicto laboral frente al ajuste, la precarización y los despidos. El gremio deberá ahora definir cómo continuar la negociación ante un escenario cada vez más tenso y con los trabajadores decididos a no ceder terreno.