La empresa NRG, una de las principales proveedoras de arena para la actividad de fracking en el yacimiento de Vaca Muerta, despidió en las últimas horas a 20 trabajadores más en su planta de Allen, Río Negro, en un contexto de creciente conflicto laboral y financiero. Con estas nuevas desvinculaciones, el número total de despidos en los últimos meses ronda los 200.

La compañía, que recientemente inició un proceso de convocatoria de acreedores en la Ciudad de Buenos Aires, comunicó a sus proveedores que atraviesa serias dificultades económicas. En paralelo, propuso a los trabajadores despedidos pagar las indemnizaciones en tres cuotas, comenzando recién el 31 de julio, lo que generó un fuerte rechazo por parte del gremio minero AOMA.

“Nos dicen que no tienen fondos para pagar, pero siguen operando y comprando arena en otras zonas”, expresaron algunos de los empleados afectados. Desde el gremio, el delegado local Kevin Muñoz denunció la falta de acompañamiento institucional: “La Secretaría de Trabajo no da respuestas. Hemos pedido su intervención, pero no hay avances”.

Actualmente, alrededor de 120 trabajadores siguen vinculados a la empresa, aunque bajo un clima de incertidumbre respecto a su futuro laboral. Muchos temen que NRG se declare en quiebra antes de cumplir con sus compromisos, dejándolos sin indemnización ni garantías legales.

En su momento de mayor actividad, NRG llegó a emplear a unos 800 operarios. Hoy, esa cifra se ha reducido a menos de la mitad. El recorte de personal y la demora en los pagos reflejan un cuadro crítico que, además de afectar a cientos de familias en el Alto Valle, pone de manifiesto las tensiones que enfrenta el sector energético en medio de un contexto económico adverso.

La situación en NRG se suma a una serie de conflictos similares que atraviesan otras empresas proveedoras de servicios en Vaca Muerta, generando preocupación entre los gremios por la pérdida de puestos de trabajo en una actividad considerada estratégica para la economía nacional.