
Política | 24 de agosto
El agravio permanente y el lenguaje libertario ya se instala en todos lados: Brancatelli mostró templanza ante una provocación

En tiempos donde la grieta parece no dar tregua, el periodista Diego Brancatelli demostró profesionalismo y serenidad frente a una situación que pudo haber terminado en un verdadero papelón mediático.
El viernes pasado, tras finalizar su programa Branca Stream 70/30 en el canal de streaming Vale Todo, Brancatelli fue víctima de una agresión tan insólita como premeditada: un supuesto analista político identificado como Fabio Fernández, vinculado al espacio libertario, ingresó al estudio y arrojó desodorante al grito de “para sacar el olor a mierda kirchnerista”.
La provocación fue directa, grosera y buscaba un objetivo claro: generar una reacción violenta que pudiera viralizarse y ensuciar la imagen del conductor. Sin embargo, Brancatelli eligió no caer en la trampa. Con firmeza, pero sin perder la calma, decidió retirarse junto a su equipo, dejando en evidencia que la violencia no es el camino.
Quienes presenciaron el hecho aseguran que el periodista fue clave para que la situación no terminara en destrozos, ya que varios colaboradores e invitados reaccionaron indignados ante el insulto, mientras que otros panelistas del programa siguiente también se cruzaron con el provocador. Incluso hubo forcejeos que pudieron haber causado daños importantes en el estudio.
Mientras todo esto ocurría, Brancatelli mantenía la postura que lo caracteriza: defender sus ideas sin recurrir a la agresión. Una actitud que contrasta con la violencia simbólica y verbal que algunos sectores intentan imponer bajo el argumento de la “libertad de expresión”, pero que en realidad se traduce en hostigamiento y operaciones mediáticas.
Este episodio no solo expone la intolerancia de quienes no aceptan la pluralidad de voces, sino que también deja una enseñanza: ante la provocación, la mejor respuesta es la templanza. Brancatelli eligió la paz, apostó al diálogo y dejó en claro que la política y el periodismo deben construirse con respeto, no con ataques cobardes ni shows de odio.
En definitiva, lo ocurrido es una muestra más de la polarización extrema que atraviesa la Argentina. Pero también es la confirmación de que hay quienes, como Brancatelli, prefieren responder con altura y profesionalismo, aun cuando intenten empujarlos al barro de la confrontación.
