Gerardo Martínez, secretario general de la Unión Obrera de la Construcción (UOCRA) y figura clave en la conducción de la Confederación General del Trabajo (CGT), vuelve a posicionarse como un actor central en el escenario internacional al estrechar vínculos estratégicos con el Vaticano.

En el marco de un reconocimiento recibido en Madrid por parte de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), que destacó su compromiso con la formación profesional, Martínez mantuvo un encuentro significativo con Emilce Cuda, actual secretaria de la Pontificia Comisión para América Latina. La reunión reafirmó la voluntad de avanzar en una agenda conjunta que promueva el trabajo digno y el diálogo social, ejes que conectan con los valores de la Iglesia.

“El objetivo es construir puentes que vinculen el mundo del trabajo con espacios de reflexión global como el Vaticano”, explicó Martínez en diálogo exclusivo con Mundo Gremial. Según adelantó, ya se encuentra en marcha la organización de un encuentro que se celebrará en julio en Washington, en el marco de la Conferencia Episcopal, como antesala de un seminario de alcance internacional que se desarrollará en Roma con la participación del Papa León XIV.

El dirigente sindical se ha convertido en una figura de referencia para el diálogo entre la CGT y las máximas autoridades de la Iglesia. Primero fue con el Papa Francisco, con quien tejió una relación de cercanía y cooperación, y ahora continúa ese camino junto al nuevo pontífice, consolidando una visión de sindicalismo con mirada humanista y compromiso global.

Este renovado impulso se da tras la reciente Conferencia Internacional del Trabajo organizada por la OIT en Ginebra, donde la voz de Martínez volvió a sonar fuerte en defensa de la justicia social, la capacitación laboral y la inclusión.

La propuesta de un seminario internacional en Roma promete convertirse en un espacio clave para debatir el futuro del trabajo, con la CGT como protagonista y el respaldo de la Santa Sede. Para Martínez, se trata de una oportunidad única para reforzar la presencia del sindicalismo argentino en la agenda global, y dar un nuevo paso hacia un modelo de cooperación internacional centrado en la dignidad de los trabajadores.