Lunes 16 de Junio de 2025

Gremiales | 16 de junio

Inflación en baja: logros y riesgos detrás de la desaceleración más fuerte en cinco años

La inflación de mayo marcó el nivel más bajo en cinco años, una señal alentadora para el Gobierno, que sostiene como eje central de su política económica el combate al alza de precios. Sin embargo, expertos advierten que el camino elegido para contener la inflación impone fuertes costos económicos y sociales, y no está exento de riesgos.

El economista Roberto Feletti señala que el plan oficial se apoya en tres “anclas” —cambiaria, monetaria y fiscal— que han logrado efectos de corto plazo, pero sin ofrecer garantías de sostenibilidad. “Para mantener el dólar planchado hacen falta divisas, y ese colchón se está agotando. No hay inversiones de capital, solo deuda con acreedores”, advierte. La falta de recomposición de reservas, incluso con la liquidación del agro, es un punto crítico.

En paralelo, las políticas de ajuste fiscal y monetario provocan una caída en la actividad económica. “La tasa de interés real positiva frena el consumo y la inversión. A eso se suma la caída de salarios y jubilaciones. No hay una política de ingresos que equilibre”, agrega Feletti.

Desde la Fundación FIDE, Pedro Gaite valora el freno inflacionario, pero lo atribuye principalmente a la estabilidad del tipo de cambio. “El dólar se mantuvo controlado incluso tras la salida del cepo. Eso fue clave. Pero si aumentan las importaciones y cae la liquidación del campo, la presión volverá”, alerta. A pesar de todo, descarta un escenario de crisis o devaluación abrupta.

También incide, según los analistas, la debilidad del consumo interno. “La actividad está planchada, el consumo masivo estancado y los precios regulados se vienen posponiendo. La puja distributiva está contenida”, señala Gaite.

No obstante, este equilibrio podría romperse ante una eventual presión social que obligue a recomponer ingresos. “Si el Gobierno afloja el ajuste por motivos sociales o electorales, podría reactivarse la demanda y poner a prueba el plan antiinflacionario”, afirma Bianca Roldán, investigadora del CIHESRI-UBA.

El economista Martín Burgos advierte por otra consecuencia de este modelo: la pérdida de competitividad industrial. “Con el dólar atrasado y sin obra pública, sectores clave como la construcción y la industria sufren una caída en el empleo y en la actividad”, apunta. En su visión, los efectos estructurales podrían asemejarse a los de la Convertibilidad, con aumento del desempleo y la pobreza.

 

En ese sentido, los últimos datos oficiales arrojan señales mixtas: mientras caen los salarios reales, también se observa una leve baja en los indicadores de pobreza. Al mismo tiempo, crecen las importaciones aunque la economía permanece estancada. Un escenario que abre más interrogantes que certezas sobre el futuro del plan económico.

COMENTARIOS