Este lunes, una delegación de la Confederación General del Trabajo (CGT) visitó al Papa Francisco en el Vaticano, en una reunión que subrayó tanto la unidad interna de la central sindical como el significado de la cohesión en tiempos de desafío. La visita fue una muestra palpable del esfuerzo de la CGT por consolidar su unidad, reflejada en una composición variada pero integrada de su representación.

La delegación, que logró reunir a dirigentes de todos los sectores de la organización, fue liderada por dos de los tres cotitulares de la CGT: Héctor Daer, de Sanidad, y Pablo Moyano, de Camioneros. Esta estructura no solo reflejó la diversidad interna de la CGT, sino también la resolución de superar las tensiones internas que, según se rumorea, dejaron algunas "heridas" en el camino hacia la cohesión.

El Papa Francisco expresó su satisfacción por la demostración de unidad, destacando el esfuerzo de integrar a representantes de distintos mosaicos gremiales. En una conversación con La Nación, Héctor Daer subrayó que la visita también incluyó a compañeros de la Economía Popular, como Alejandro “Peluca” Gramajo, titular de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), subrayando la amplitud y el carácter inclusivo de la delegación.

Además de Daer y Moyano, la comitiva incluyó a Andrés Rodríguez, adjunto de la central y representante de la Unión del Personal de Carga y Descarga (UCPCN); Gerardo Martínez, canciller cegetista y líder de la UOCRA; y Juan Carlos Schmid, ex titular de la CGT y actual portuario de Dragado y Balizamiento. Completaban el grupo José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), Jorge Sola (Seguros), Cristian Jerónimo (SEIVARA), Rodolfo Daer (Alimentación), Maia Volcovinsky (UEJN), Marina Jaureguiberry (SADOP) y el barrionuevista Argentino Geneiro (Gastronómicos).

El encuentro, que simbolizó un momento de reflexión y reafirmación para la CGT, también sirvió para demostrar el compromiso de la organización con la unidad en un contexto en el que las divisiones internas han sido una preocupación recurrente. La audiencia con el Papa Francisco no solo fue un acto diplomático significativo, sino también una oportunidad para que la CGT reafirmara su papel en la representación y defensa de los intereses laborales en Argentina.