
Gremiales | 31 de julio
Tensión soterrada entre la CGT y Kicillof: un encuentro sin definiciones que agita las aguas del armado peronista

La reciente reunión entre el gobernador Axel Kicillof y los principales dirigentes de la Confederación General del Trabajo (CGT) dejó más dudas que certezas. Aunque el encuentro apuntaba a fortalecer la participación sindical en el nuevo frente electoral Fuerza Patria, el tono del diálogo y la falta de definiciones concretas expusieron tensiones internas en el peronismo bonaerense y abrieron interrogantes sobre el verdadero rol que tendrá la central obrera en este proceso político.
La comitiva sindical que se trasladó a la sede de la Gobernación en La Plata incluyó a figuras clave del actual triunvirato como Héctor Daer, Carlos Acuña y Octavio Argüello, además de referentes históricos como Hugo Moyano, Armando Cavalieri, Carlos Pérez y Horacio Arreceygor. También participaron Andrés Rodríguez (UPCN) y miembros del gabinete provincial, entre ellos la jefa de asesores Cristina Álvarez Rodríguez y el ministro de Trabajo, Walter Correa.
Pese a lo nutrido de la convocatoria, la central obrera se retiró sin lograr lo que buscaba: asegurar su lugar en las listas del flamante frente impulsado por sectores vinculados al kirchnerismo, al Frente Renovador de Sergio Massa y a otros espacios peronistas. Kicillof se limitó a escuchar, sin comprometerse ni ofrecer precisiones, lo que generó descontento en algunos sectores gremiales que esperaban un gesto más claro del mandatario.
Uno de los puntos que más llamó la atención fue la ausencia de gremios industriales en la mesa. Sindicatos como SMATA y la UOM, que integran la Confederación de Sindicatos Industriales de la República Argentina (CSIRA), no participaron del cónclave, lo que evidencia un distanciamiento con la actual conducción de la CGT y, en particular, con la estrategia política que busca llevar adelante junto a Kicillof. Este sector, que responde a Ricardo Pignanelli y Abel Furlán, viene consolidando su propia agenda y podría buscar mayor protagonismo en una eventual renovación de autoridades dentro de la central obrera.
A esto se suma el trasfondo de desgaste que atraviesa el actual triunvirato cegetista, cuyo ciclo político parece acercarse a su fin. La falta de entusiasmo por parte del gobernador podría responder, justamente, a la proximidad de ese recambio. ¿Para qué acordar con una conducción en retirada?
Mientras tanto, la CGT intenta posicionarse como actor clave en el rearmado del peronismo, pero su protagonismo parece diluirse frente a la falta de certezas, la dispersión interna y una estrategia electoral aún en construcción. El acto en La Plata fue institucional, correcto, pero frío. Muy lejos del clima de euforia y movilización que suele acompañar a los encuentros entre el sindicalismo y el peronismo en épocas de definiciones políticas.
El desafío para Kicillof será sostener los equilibrios internos de Fuerza Patria sin dejar de contener a un sindicalismo que demanda espacios concretos. Y para la CGT, la incógnita sigue siendo la misma: ¿será protagonista o apenas un actor más en el nuevo mapa del peronismo bonaerense?
