La Asociación del Personal del Servicio Exterior de la Nación (APSEN), gremio que nuclea a los diplomáticos argentinos, salió a respaldar la resolución firmada por el ex canciller Gerardo Werthein que dispuso los traslados de 83 funcionarios de carrera. La medida fue rubricada antes de su renuncia y desató un nuevo capítulo de tensión dentro de la Cancillería, donde el Gobierno aún evalúa si convalida o deja sin efecto los nombramientos.

Según la APSEN, los diplomáticos promovidos no responden a designaciones políticas, sino que forman parte de un procedimiento “administrativo, regular y transparente” iniciado el pasado 12 de septiembre. En su comunicado, el sindicato subrayó que la Resolución 193/2025 “constituye el paso final de un proceso habitual en el Servicio Exterior”, que incluye rotaciones y reasignaciones previstas por normativa interna.

La salida de Werthein, que tomó por sorpresa al propio oficialismo libertario, dejó a la Cancillería en un clima de incertidumbre. Desde el inicio de la gestión, el área de Relaciones Exteriores se ha visto envuelta en polémicas por recortes presupuestarios, renuncias de embajadores y fricciones entre funcionarios de carrera y designaciones políticas.

El respaldo de la APSEN busca evitar que se desconozca un proceso que, según remarcan, garantiza la continuidad institucional del cuerpo diplomático argentino. Sin embargo, fuentes internas del Palacio San Martín reconocieron que no hay una decisión tomada sobre si el Ejecutivo ratificará la resolución o si la dejará sin efecto.

“Volver todo a foja cero agravaría la crisis interna y generaría un precedente negativo”, advirtieron desde el gremio.

En medio de las tensiones, el respaldo sindical aparece como una señal de contención para un sector históricamente discreto, que en las últimas semanas comenzó a expresar públicamente su malestar frente a los cambios impulsados por la gestión libertaria.