La recuperación del consumo sigue siendo esquiva para la economía argentina. Según el último informe de la consultora Scentia, en mayo el consumo masivo volvió a caer un 0,9% interanual, tras un efímero repunte del 0,1% registrado en abril. El dato se compara, además, con un ya muy bajo nivel de consumo de mayo de 2024, cuando se había registrado una contracción del 9,9%.

De esta forma, la mejora de abril quedó en evidencia como un espejismo en una tendencia descendente que parece no tocar fondo. En lo que va del gobierno de Javier Milei, el consumo de productos básicos —alimentos, bebidas y bienes de primera necesidad— ha retrocedido casi todos los meses, con abril como única excepción.

“La malaria es total, la gente no tiene plata y se cuida mucho”, graficó un empresario del rubro supermercadista del interior del país, consultado por Página/12.

Híper en rojo, chinos en leve alza

El informe desglosa el comportamiento por canales de venta:

• Hipermercados: caída del 3,3% en mayo.

• Autoservicios y comercios barriales: leve suba del 1,5%, aunque todavía muy por debajo de niveles previos a 2024.

• Mayoristas: bajaron un 6,2% en mayo y acumulan un -4,4% anual.

• Farmacias: mantienen una evolución positiva del 1,2%, con un acumulado del 7% en lo que va del año.

• E-commerce: tras una caída en abril, retomó el crecimiento con un +11,4% en mayo, y +7,2% en el acumulado anual.

• Kioscos y almacenes: siguen en ascenso, con un +16,1% mensual y casi +10% anual acumulado.

¿Una recuperación real o una lectura maquillada?

Por primera vez, Scentia incluyó en su análisis canales que antes no se contemplaban (como farmacias, kioscos y ventas online), tras sugerencias del Gobierno para mostrar una “foto más completa” del consumo. Con esta nueva metodología, el informe indica que el total de todos los canales muestra un crecimiento del 5,5% respecto a mayo de 2024 y un acumulado positivo del 0,6% en 2025.

Sin embargo, la propia consultora aclara que la comparación sigue siendo engañosa, ya que 2024 fue uno de los años más críticos en materia de consumo. El aparente rebote responde más a una base muy baja que a una reactivación sostenida.

¿Qué impulsa lo poco que crece?

La conclusión del informe apunta a un cambio de hábito en los consumidores, que optan por canales más económicos, cercanos y que permiten controlar mejor el gasto:

“Hay racionalidad en la compra: pocas unidades, precios conocidos y cercanía. La baja de la inflación, aunque leve, también empieza a ordenar decisiones”.

Aun así, el informe deja en claro que el consumo sigue muy deprimido y que el repunte en algunos canales no alcanza para compensar las caídas en los formatos tradicionales. La contracción sigue siendo la regla, y el repunte generalizado todavía está lejos de concretarse.