Afiliados | 12 de diciembre
Tragedia en planta cerámica de Salta: denuncian que la empresa quiso continuar la producción con el cuerpo del operario aún en la máquina
Un grave accidente laboral ocurrido en una fábrica de cerámicos en Salta encendió la alarma sobre las condiciones de seguridad en el sector industrial. Un operario murió mientras realizaba tareas de mantenimiento en el área de molienda, y desde el sindicato denuncian que la empresa intentó seguir operando sin haber retirado aún el cuerpo del trabajador.
La situación, calificada como “inhumana” por representantes gremiales, provocó la inmediata paralización de actividades por parte del personal. Delegados del gremio ceramista señalaron que la planta continuaba en funcionamiento al momento del accidente y que fueron los propios trabajadores quienes, ante la pasividad de la empresa, debieron interrumpir la producción.
La denuncia pública apunta contra la falta de medidas de seguridad, la precarización laboral y la presión constante por parte de la patronal para mantener la producción, incluso en contextos extremos como el de esta tragedia. Según los referentes sindicales, el área de Recursos Humanos habría propuesto detener únicamente la sección donde ocurrió el accidente, con la intención de continuar operando en el resto de la planta.
Desde la organización gremial que agrupa a los trabajadores ceramistas a nivel nacional, expresaron su repudio y exigieron que se investigue lo sucedido. Además, señalaron que no se trata de un hecho aislado, sino de una cadena de incidentes que refleja una política empresarial centrada en la rentabilidad, sin garantizar condiciones mínimas de seguridad.
El conflicto promete escalar si no se adoptan medidas inmediatas. Entre los reclamos figuran la revisión de las condiciones laborales, la implementación de protocolos de seguridad eficaces y la reapertura de las negociaciones salariales que permanecen estancadas.
Mientras tanto, los trabajadores continúan con la huelga en señal de duelo y como protesta ante lo que consideran un acto de total deshumanización. La comunidad espera ahora una respuesta de las autoridades laborales y judiciales frente a un episodio que, más allá de lo puntual, revela profundas fallas estructurales.
