
Gremiales | 15 de octubre
Tensión y poder en disputa: el viaje del equipo económico a Washington y las condiciones de Macri para apoyar a Milei

La visita de los principales ejecutores de la política económica del gobierno de Javier Milei a Washington comenzó envuelta en un manto de silencio y misterio. Mientras Luis Caputo, José Luis Daza, Santiago Bausili y Pablo Quirno aguardaban ser recibidos por el secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, las gestiones políticas en la capital norteamericana se cruzaron con movimientos y negociaciones que involucran directamente al expresidente Mauricio Macri.
Según trascendió, referentes de la política argentina mantuvieron intensas comunicaciones con funcionarios cercanos a la administración de Donald Trump, en medio de los esfuerzos del Gobierno por asegurar respaldo financiero. Entre esos contactos, Macri habría hecho llegar al entorno de Milei un pliego de condiciones para garantizar el apoyo parlamentario del PRO en la segunda mitad del mandato libertario.
Las exigencias del exmandatario van mucho más allá de algunos lugares en la administración: implican, según fuentes políticas, “el control de una porción real del poder”. Entre los reclamos figuran la conducción de YPF, Yacyretá, Nucleoeléctrica, y los cargos estatales en Transener y empresas estratégicas vinculadas a la infraestructura energética y minera, incluyendo áreas clave en futuros procesos de privatización y renegociación de contratos. También aparecen en la lista la Administración General de Puertos y la gestión de la Hidrovía del Paraná, e incluso la embajada en China, una pieza diplomática de fuerte valor económico.
La trama internacional y las señales del FMI
Mientras tanto, el Fondo Monetario Internacional volvió a enviar un mensaje claro al gobierno argentino. En conferencia de prensa, Julie Kozack, directora de Comunicación del FMI, remarcó:
“Seguimos enfatizando la necesidad de generar un amplio apoyo político para asegurar la implementación de la ambiciosa agenda de reformas de las autoridades y fortalecer la confianza”.
En Washington interpretan esas palabras como una sugerencia explícita: para avanzar con las reformas laboral, previsional e impositiva, Milei deberá tejer acuerdos con sectores de la oposición, entre ellos el PRO y los gobernadores de Provincias Unidas, considerados en la capital estadounidense como “la derecha racional” de la Argentina.
De hecho, según fuentes diplomáticas, el jueves 2 ya circulaba entre funcionarios y asesores del Tesoro norteamericano el documento con las condiciones de Macri, transmitido a través de Fernando De Andreis, exsecretario general de la Presidencia y operador de confianza del líder del PRO.
Las “joyas” del macrismo
En el esquema de poder que diseña Macri, hay una convicción compartida en su entorno: “no se trata de cargos, sino de control político sobre áreas estratégicas”. El macrismo identifica unas 15 posiciones claves dentro del Ejecutivo, y muchas de ellas están concentradas en el sector energético, históricamente vinculado a intereses económicos del espacio.
Además de las empresas del área, Macri busca presencia en organismos de control y negociación de servicios públicos, transporte y energía, con especial atención a las tarifas y concesiones en revisión. Su interés por Yacyretá y la Hidrovía Paraná-Paraguay se vincula con los negocios y relaciones comerciales desarrollados en Paraguay, país donde mantiene inversiones y vínculos empresariales a través de su entorno más cercano.
Los tiempos y la estrategia política
Macri dejó claro que su eventual apoyo no se formalizará antes de las elecciones del 26 de octubre. Según dirigentes del PRO, hasta esa fecha las fuerzas de La Libertad Avanza y el macrismo “avanzarán por caminos paralelos”. Luego, el reparto del poder dependerá de los resultados:
“Si ellos aportan un 20% y nosotros otro 20, reclamaremos la mitad de los cargos importantes”, señaló un referente del espacio.
Mientras espera la respuesta del Presidente, el líder del PRO mueve sus fichas en varios frentes. En el plano político, encomendó a Rogelio Frigerio —gobernador de Entre Ríos— fortalecer los vínculos con los gobernadores aliados; en el económico, busca consolidar una nueva base de apoyo a través de la Fundación Mediterránea, con la mira puesta en convertirse nuevamente en un actor decisivo del rumbo económico argentino.
En Washington, el equipo económico argentino sigue aguardando definiciones. Pero entre los pasillos del poder, ya nadie duda de que la estabilidad del programa económico de Milei dependerá tanto de la bendición del Tesoro norteamericano y del FMI, como del acuerdo político que logre —o no— con Mauricio Macri.
