Empleados del Casino del Río, en la ciudad de Viedma, presentaron una grave denuncia pública por hostigamiento laboral, condiciones precarias, pagos en negro y desidia gremial e institucional. A través de un comunicado colectivo, advirtieron que evalúan medidas de fuerza ante la falta de respuestas por parte de la empresa, el sindicato Aleara y los organismos provinciales.

La sala de juegos, operada por la firma Emprendimientos Crown S.A., es señalada por los trabajadores como escenario de una situación laboral cada vez más deteriorada. Según relatan, son sometidos a malos tratos y hostigamiento por parte de mandos jerárquicos, en un clima que califican de “inhumano”.

Además, denuncian condiciones edilicias extremas, con temperaturas que afectan tanto al personal como a los clientes, y responsabilizan directamente a la gerencia general encabezada por Jorge Pacheco, a quien acusan de “mirar para otro lado”.

Otro foco de conflicto se da en el área gastronómica del casino. La concesión, identificada como “La Mezquita” y vinculada a la familia Indelman, provee —según los denunciantes— viandas “en pésimas condiciones”, lo que ha llevado a muchos trabajadores a llevar su propia comida. Señalan que esta firma opera “con total impunidad” gracias a presuntas protecciones políticas.

La denuncia también apunta contra el sindicato Aleara, y en particular contra su delegada en Viedma, Natalia Suárez, a quien acusan de desatender reclamos formales y de seguir en funciones con el mandato vencido. En paralelo, cargan contra la Secretaría de Trabajo de Río Negro y Lotería de Río Negro —ente regulador del juego en la provincia—, por su “actitud cómplice” y la falta de intervención efectiva.

“Estamos frente a un negocio político-empresarial donde unos pocos se benefician con cargos jerárquicos y sueldos privilegiados, mientras los trabajadores somos víctimas de precarización, despidos arbitrarios y pagos fuera de convenio”, expresa el comunicado, firmado por el colectivo de empleados y respaldado por Juliana Martínez, representante del personal afectado.

También denuncian el estado “deplorable” de los patios de comida del casino, y remarcan que la falta de controles y la impunidad reinante han hecho que la situación sea insostenible.