
Política | 11 de agosto
El Gobierno endurece el ajuste para contener el dólar hasta las elecciones

El Gobierno de Javier Milei avanza con el llamado plan aguantar: una estrategia que prioriza mantener el dólar dentro de la banda de flotación y controlar la inflación, aun a costa de profundizar la recesión. El objetivo inmediato es llegar a las elecciones de octubre sin un salto cambiario que dispare los precios y complique las chances electorales del oficialismo.
Para ello, el equipo económico que encabeza Luis Caputo aplica una combinación de tasas de interés récord, freno a las paritarias y suba de encajes bancarios, medidas que –según advierten consultoras– están asfixiando la economía real.
El respaldo del Fondo Monetario Internacional y del gobierno de Estados Unidos es explícito. Con el reciente desembolso de 2.000 millones de dólares, el Banco Central acumula alrededor de 20.000 millones de reservas líquidas, lo que le permite intervenir para mantener el tipo de cambio bajo control hasta octubre.
Un esquema con alto costo económico
La Fundación de Investigaciones para el Desarrollo (FIDE) alerta que “la convalidación de semejantes tasas de interés implica un alto costo financiero para el fisco, impacta negativamente en la actividad y no contribuye a normalizar expectativas”. La licitación de deuda del próximo miércoles será clave: vencen 32 billones de pesos, de los cuales cerca de 5 billones están en manos del Banco Central.
En este marco, la actividad se encuentra virtualmente estancada. El PIB creció 6,1% en los primeros cinco meses del año, pero FIDE lo atribuye a un “mero efecto estadístico” frente al desplome de 2024.
Salarios y empleo en retroceso
El deterioro del poder adquisitivo es marcado. Desde enero, el salario real privado registrado volvió a caer por debajo de los niveles de noviembre de 2023. Según FIDE, la pérdida acumulada es de 6,7%, mientras que en el sector público llega al 19,2%. La suba del dólar por encima de $1.300 encendió expectativas inflacionarias, y las paritarias no logran compensar la escalada de precios.
El empleo tampoco muestra señales de recuperación: entre noviembre de 2023 y abril de 2025 se perdieron más de 160.000 puestos asalariados, con la industria y la construcción explicando el 88% de la caída. El crecimiento de monotributistas y autónomos apenas compensó parcialmente la destrucción de empleo formal.
Después de octubre
Los analistas coinciden en que el plan aguantar es de corto plazo. Pasadas las elecciones, la mayoría prevé una nueva ronda de ajuste cambiario con fuerte impacto recesivo. “No parece haber componentes de la demanda agregada que puedan traccionar el crecimiento en los próximos meses”, señala FIDE.
Con el consumo estancado, la inversión privada retraída y una capacidad industrial ociosa superior al 40%, el panorama para fin de año se presenta aún más complicado, con riesgos de profundización de la crisis social y económica.
