
Afiliados | 02 de agosto
Crisis sin freno en la industria textil: 150 despidos en Mauro Sergio y alarma por el avance de las importaciones

La crisis en el sector textil argentino se profundiza sin señales de alivio. La histórica fábrica Mauro Sergio, ubicada en Mar del Plata, despidió en las últimas horas a 150 trabajadores, en un nuevo golpe al empleo industrial. Según denuncian los gremios, la apertura de importaciones está arrasando con la producción nacional y generando un verdadero “desguace” del entramado fabril.
La planta, que llegó a emplear a 350 personas, hoy funciona con poco más de 200 operarios y una producción reducida en un 20%. Desde la Asociación Obrera Textil (AOTRA) advierten que los despidos vienen acompañados de renuncias inducidas y liquidaciones por debajo de lo legal. “Los sueldos son tan bajos que obligan a muchos a irse. No es una crisis, es un abandono planificado”, señalaron.
El 70% de la ropa ya es importada
Detrás del derrumbe de Mauro Sergio hay un fenómeno que afecta a toda la industria textil: más del 70% de la ropa que se consume en Argentina ya es de origen importado, principalmente de Asia. La combinación de baja demanda interna, atraso cambiario y eliminación de barreras aduaneras empuja al límite a las fábricas locales.
La situación no es aislada. En lo que va del año ya cerraron 68 pymes textiles en todo el país, se perdieron más de 4.000 empleos y el uso de la capacidad instalada cayó al 40%, según datos de la Fundación ProTejer. “Cinco de cada diez empresas reportaron caídas de ventas en el primer trimestre”, revela su último informe.
Denuncias por dumping y abandono industrial
Desde el sector productivo, las críticas apuntan con fuerza al modelo económico actual. Camilo Kahale, presidente de la Federación Económica de la Provincia de Buenos Aires (FEBA), advirtió que “si no se toma una medida urgente, el daño será estructural e irreversible”. En los primeros cinco meses del año, las importaciones de indumentaria subieron un 136%, mientras que el ingreso de textiles en general trepó un 93%, en muchos casos con precios de dumping.
El secretario general de AOTRA, Hugo Benítez, fue categórico: “Se están premiando los productos chinos y condenando al obrero argentino. Nos dejan sin herramientas para competir y sin trabajo”.
¿Puede sobrevivir la industria nacional?
El caso Mauro Sergio es apenas un símbolo de una situación mucho más amplia. Lo que está en juego no es solo una fábrica o una marca: es la soberanía productiva y la capacidad del país de sostener empleo y valor agregado nacional frente a un modelo de apertura total.
Mientras tanto, miles de familias ven peligrar su fuente de ingreso y el tejido industrial argentino se deshilacha, literalmente, sin respuesta.
