La tensión en el sector industrial se profundiza. El Sindicato del Personal de Industrias Químicas y Petroquímicas (SPIQYP) rechazó de forma categórica la oferta salarial presentada por la Cámara de la Industria Química y Petroquímica (CIQYP) para el período 2025-2026, que proponía aumentos del 1% mensual. La propuesta fue calificada por el gremio como “inadmisible” y “fuera de toda lógica frente al actual contexto inflacionario”.

El secretario general del SPIQYP, Facundo Aveiro, comunicó la decisión durante un plenario de delegados realizado esta semana. Allí se resolvió, por unanimidad, no avanzar en ningún acuerdo que represente una pérdida del poder adquisitivo. “No vamos a firmar migajas ni a convalidar retrocesos. La propuesta patronal está completamente desfasada de la realidad que viven nuestros afiliados”, sostuvo Aveiro.

Según explicó el dirigente, el esquema propuesto por la cámara patronal representa una ruptura con la modalidad de actualización automática por inflación que se venía aplicando hasta ahora, y que permitía mantener los salarios alineados —e incluso levemente por encima— del índice de precios al consumidor. “Desde enero hasta hoy, muchos productos esenciales subieron entre 8 y 12 por ciento. ¿Cómo vamos a aceptar un 1%?”, se preguntó Aveiro.

Otro punto que genera malestar es la demora del Ministerio de Trabajo en homologar los acuerdos paritarios. Desde el sindicato acusan al Gobierno de utilizar el trámite administrativo como herramienta de presión para forzar convenios a la baja. “Si no firmás lo que ellos quieren, no te homologan el acuerdo y los trabajadores quedan en el aire. Es una extorsión encubierta”, denunció el gremio.

Con un salario básico actualizado que ya supera el millón de pesos mensuales, el sector químico se mantiene entre los mejor remunerados de la industria. A esto se suma una bonificación anual que ronda los $472.000, lograda tras una serie de acuerdos previos con actualización por inflación. El SPIQYP destacó que esos convenios fueron finalmente homologados, pese a ciertas demoras, y que no hubo objeciones legales que impidieran su validez.

El rechazo a los aumentos de 1% se inscribe en un contexto más amplio de creciente descontento gremial frente al "cepo paritario" impulsado por el Gobierno nacional. Distintos sectores de la industria comienzan a manifestar su oposición a topes salariales que no guardan relación con el alza de precios.

“Si los salarios no acompañan la inflación, se destruye el mercado interno. El trabajador compra menos, el comercio vende menos, y la economía entra en recesión”, advirtió Aveiro, quien también señaló que el sindicato no se dejará presionar por la urgencia de la homologación: “Preferimos esperar un acuerdo digno que firmar uno que nos hunda”.

El gremio químico se suma así a la lista de organizaciones que se plantan ante la política salarial del Ejecutivo. En momentos donde el ajuste económico ya muestra impacto en el consumo y la producción, la disputa por el ingreso real de los trabajadores se convierte en uno de los principales frentes de conflicto.