Política | 14 de noviembre
Tensión entre Javier Milei y Mauricio Macri: ¿Hacia un quiebre en la relación PRO-Libertarios?
El vínculo entre el presidente Javier Milei y el expresidente Mauricio Macri atraviesa un momento de creciente tensión. A lo largo de las últimas semanas, han sido frecuentes los intercambios indirectos —y no tan indirectos— entre los sectores que hoy coexisten dentro de la coalición de gobierno. Desde el entorno del PRO, se alzan voces de advertencia hacia el presidente, expresando su descontento por lo que consideran una falta de cumplimiento de sus expectativas y pedidos. En un tono que roza lo amenazante, se deja entrever que podrían dejar de apoyar al gobierno en el Congreso si esta situación persiste, especialmente ante la próxima votación sobre la Ley de los DNU.
La Ley de los DNU: El Preámbulo de la Crisis
El próximo capítulo de esta disputa se dará durante la votación del proyecto de ley que busca modificar la Ley de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU). Este lunes, el consejo directivo del PRO tiene previsto una reunión para discutir cómo votar esta ley, aunque ya han anticipado que tienen una mirada crítica sobre los DNU. Desde el gobierno, no tardaron en responder a estas críticas con un mensaje contundente: si el PRO vota en contra de la propuesta, la relación de trabajo podría volverse insostenible.
En la Casa Rosada, se advierte que si el PRO decide ir en contra del gobierno, Milei no ve cómo podrían seguir trabajando juntos el año próximo. "Va a aumentar la tensión", dicen desde el oficialismo, incluso recurriendo a una frase famosa de Cristina Fernández de Kirchner para criticar a los libertarios, denominándolos como “los machos del off”. Este es un claro toque de atención sobre el comportamiento de los miembros de la oposición que lanzan críticas sin asumir las consecuencias públicas de sus palabras.
Tensión de Largo Aliento: Un Relato de Diferencias
El clima de tensión no es nuevo. Desde que Milei asumió la presidencia, Macri ha intentado mantenerse involucrado en la gestión, con el objetivo de influir en las decisiones clave, especialmente en el ámbito político y económico. A lo largo de estos meses, Macri y su círculo cercano han buscado obtener más poder dentro de la administración libertaria, reclamando cargos estratégicos y mayores posiciones de influencia. La quinta de Olivos, donde ambos líderes se han reunido, ha sido el escenario de múltiples encuentros, muchos de los cuales, según se ha filtrado, han contado con el menú común de milanesas con ensalada.
Aunque desde el entorno de Milei se han hecho algunos gestos hacia Macri, como la asignación de algunos puestos en el gobierno, estas concesiones no parecen ser suficientes. El expresidente ha seguido presionando, tanto en lo público como en lo privado, por más espacios de poder. El PRO ha logrado algunas victorias menores, como la designación de María Tettamanti como nueva Secretaria de Energía y de Eduardo Bustamante como vicecanciller, pero aún no ha logrado sus objetivos más ambiciosos, como la concesión de la hidrovía o el control de organismos clave como Transporte o Vialidad.
Los Pedidos de Macri: Cargos Estratégicos y Visión de Futuro
Entre los principales reclamos de Macri se encuentran la concesión de la hidrovía, la Secretaría de Transporte, y el control de Vialidad. Macri ha dejado claro que quiere que Guillermo Dietrich y Javier Iguacel ocupen cargos clave dentro de estas áreas, así como también controlar la Aduana y la AFIP. Además, uno de los intentos más destacados fue colocar a Cristian Ritondo como presidente de la Cámara de Diputados, aunque este pedido fracasó. A pesar de que el PRO logró que Ritondo se encargara de algunas negociaciones parlamentarias, las expectativas de Macri aún no se cumplen por completo.
Desde el entorno de Milei, se responde a estos pedidos con una clara indiferencia. Milei y su equipo sostienen que Macri no tiene el apoyo popular necesario para seguir influyendo con tanta fuerza en el gobierno. Además, confían en que el oficialismo hará una buena elección en las medias terminas del próximo año, lo que les permitirá tener más margen de maniobra y menos necesidad de negociar con el PRO en términos parlamentarios. "No hay problema en pagar, pero las cosas se pagan lo que valen", dicen los libertarios, apuntando al creciente costo político de negociar con el PRO.
El Descontento Macrista: ¿Una Amenaza para el Gobierno?
El descontento de Macri y su entorno se ha expresado a través de diversas filtraciones y declaraciones off the record, lo que refleja una tensión que no parece apaciguarse con las concesiones de cargos. Desde el PRO se advierte que sus críticas no son solo por favores personales o cargos; las diferencias también están relacionadas con la identidad del gobierno y su rumbo económico y político. En este sentido, destacan que el próximo año no es una elección nacional, sino que se tratará de un proceso distrito a distrito con boleta única, lo que podría complicar los acuerdos entre las diferentes facciones de la coalición gobernante.
Desde el oficialismo, la respuesta es clara: aunque el PRO sea duro en el discurso, también tiene una tendencia a retroceder en los hechos. La constante referencia a las críticas públicas de Macri es vista como una forma de "cancheo", pero en la Casa Rosada insisten en que las acciones hablan más fuerte que las palabras. Milei y su equipo están convencidos de que, si bien el PRO pueda hacer ruido en los medios y en las negociaciones internas, al final del día no tienen otra opción que seguir apoyando al gobierno en la parlamento.
Un Futuro Incierto para la Coalición
Lo que parece cada vez más claro es que la relación entre el PRO y los libertarios está pasando por un momento de fractura y que el futuro de la coalición podría depender de cómo ambos sectores logren negociar sus diferencias. Mientras que Milei busca imponer su modelo y seguir con sus políticas de ajuste y desregulación, Macri se muestra como un líder del PRO que sigue buscando relevancia en el poder, ya sea a través de cargos o mediante una alineación más estrecha con el rumbo del gobierno.
En resumen, el choque entre ambos ex aliados parece inevitable. En el medio, los intereses personales, las diferencias ideológicas y los desafíos electorales que se avecinan podrían poner en riesgo la estabilidad de la coalición que, hasta ahora, ha gobernado el país desde la Casa Rosada.