El Gobierno nacional resolvió eliminar por decreto el carácter no laborable del 27 de junio, Día del Trabajador del Estado, lo que desató una fuerte reacción de gremios estatales, en especial de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE), que acusó al Ejecutivo de avanzar contra derechos adquiridos y actuar fuera del marco legal.

La medida fue anunciada este martes como parte de una supuesta “homologación” entre los regímenes laborales público y privado. Sin embargo, desde ATE recordaron que la fecha está establecida por la Ley 26.876, sancionada por el Congreso Nacional en 2013, y advirtieron que sólo el Poder Legislativo puede derogarla.

“El Ejecutivo no puede eliminar un feriado que está garantizado por ley. Pretenden imponer decretos por encima del Congreso. No hay república que aguante si se gobierna como si se tratara de un reinado”, expresó Rodolfo Aguiar, secretario general de ATE Nacional.

El discurso del ajuste: entre privilegios y contradicciones

Durante su habitual conferencia de prensa, el vocero presidencial Manuel Adorni justificó la decisión señalando que “el Estado no debe ser un espacio de privilegios”, y calificó el feriado como “un día libre financiado por todos los contribuyentes”.

La afirmación fue rápidamente desmentida por dirigentes gremiales, que recordaron que numerosos convenios colectivos en el sector privado contemplan jornadas no laborables específicas para sus trabajadores, como sucede con bancarios, mercantiles y aseguradores.

Además, la eliminación del feriado llega con una fuerte carga simbólica: el mismo día en que se conoció que el 94% de los empleados públicos evaluados por el Gobierno aprobaron los exámenes de idoneidad, dato que contradice el relato oficial de “ñoquis” y baja productividad en el sector.

“Es una verdadera provocación. No sólo atacan a los trabajadores, sino que desconocen su compromiso y capacidad, que incluso fue reconocida en sus propias auditorías”, señaló Aguiar.

Tensión creciente y advertencia de medidas gremiales

Desde ATE no descartan avanzar con medidas gremiales en repudio a la decisión, que consideran parte de una ofensiva más amplia para “vaciar y deslegitimar al Estado”. “Quieren arrasar con todo. Privatizan empresas públicas, eliminan derechos laborales y ahora buscan invisibilizar una fecha que reconoce el rol esencial de miles de trabajadores y trabajadoras que sostienen las funciones del Estado”, denunciaron desde el sindicato.

La eliminación del feriado no sólo tiene impacto en la administración pública nacional, sino que genera un antecedente de presión sobre las provincias que adhieren al régimen nacional.

En un país donde el empleo público sostiene gran parte de los servicios esenciales –salud, educación, seguridad, infraestructura, asistencia social–, el intento de borrar del calendario un día de reconocimiento resulta, para muchos, una muestra más del desprecio del actual gobierno por el rol del Estado y quienes lo integran.

“En Argentina no existen emperadores”, sentenció Aguiar, en un mensaje dirigido directamente al presidente Javier Milei. “Este no es un día cualquiera: es un símbolo de lucha, de servicio y de compromiso con el pueblo”.