El secretario general de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), Abel Furlán, se pronunció sobre el futuro de la Confederación General del Trabajo (CGT), que este año deberá renovar sus autoridades. En declaraciones radiales, el dirigente remarcó que la prioridad no debe ser quién conducirá la central obrera, sino qué modelo de país y desarrollo se va a defender desde el movimiento sindical.

“La discusión no pasa por los nombres, sino por el proyecto. No podemos poner el carro delante del caballo”, advirtió Furlán en diálogo con AM 530, al rechazar especulaciones que lo ubican como posible sucesor en la conducción de la CGT. En cambio, pidió concentrarse en construir una postura firme y colectiva frente a la crisis económica y social que atraviesa el país.

“Argentina está siendo desindustrializada”

Furlán denunció que el país se encuentra en un proceso de desindustrialización acelerada y pérdida de poder adquisitivo, impulsado —según él— por un modelo económico que promueve ajustes y recortes bajo argumentos “no reales ni valederos”. Afirmó que “el gobierno potenció la crisis para justificar el ajuste” y subrayó que los trabajadores no son los responsables del deterioro económico.

En ese marco, llamó a la CGT a jugar un rol más protagónico en la política y la discusión pública: “No podemos seguir sin rumbo, sin objetivos claros. Debemos definir cuál es el proyecto político que vamos a defender”, insistió.

Un modelo de desarrollo como eje

Furlán, que actualmente ocupa la Secretaría del Interior de la CGT, reiteró que el país debe apuntar a un modelo de desarrollo industrial, aprovechando los recursos naturales estratégicos que posee. “Argentina tiene ocho de los diez insumos que el mundo va a demandar en los próximos años. Hay que dejar de exportar materias primas y empezar a construir valor agregado con industria nacional”, planteó.

A su vez, vinculó los ataques a dirigentes políticos, como la condena judicial a Cristina Fernández de Kirchner, con intentos de bloquear modelos de país alternativos. “Más allá de si uno empatiza con Cristina o no, lo que está en juego es qué país queremos”, afirmó.

Unidad antes que nombres

Aunque su nombre suena como posible sucesor en la conducción de la CGT, Furlán prefirió esquivar esa discusión. “No me voy a meter en ese lío. Lo serio hoy es discutir el rumbo de la central y su papel en el país que viene”, sostuvo.

Con un tono crítico pero enfocado en la construcción, el dirigente concluyó que la CGT debe alinearse detrás de una estrategia común: “Después veremos quién está a la altura para llevarla adelante”.