En un nuevo capítulo de la interna que atraviesa el Sindicato de Camioneros, Pablo Moyano volvió a marcar diferencias dentro de la conducción que comparte con su padre, Hugo Moyano. El secretario adjunto del gremio mantuvo un encuentro con trabajadores de la rama Aguas y Gaseosas – Centro Logístico Sur, donde analizó la situación del sector y lanzó una advertencia con tono propio.

Durante la reunión, los choferes plantearon su preocupación por las desigualdades en la distribución de cargas y las condiciones laborales en distintas empresas del rubro. Moyano recogió el malestar y apuntó directamente contra los responsables de esas irregularidades:

“Hay preocupación por lo que pasa en la actividad de Aguas y Gaseosas, donde los camioneros de Quilmes están saliendo con un cuarto de carga y los camiones de reventa van explotados. No sé quién se ha comprometido con estas empresas, pero desde la Secretaría Adjunta no lo vamos a permitir. Y ojo con querer tocar a un trabajador, porque voy a ser el primero en estar parando la empresa”, advirtió.

La referencia a “la Secretaría Adjunta” no pasó inadvertida. En el mundo gremial fue interpretada como una clara muestra de autonomía y poder propio, en momentos donde las diferencias con el histórico líder del sindicato se hacen cada vez más visibles.

En los últimos meses, las tensiones entre padre e hijo se reflejaron en la estrategia frente al gobierno de Javier Milei y en la relación con la CGT, donde Pablo Moyano sostiene una postura más combativa y confrontativa.

Con esta nueva aparición pública, el dirigente refuerza su construcción interna y busca consolidar un espacio con identidad propia dentro del sindicato más poderoso del país. El mensaje no solo apuntó a las empresas, sino también hacia adentro de Camioneros, donde la disputa por el futuro liderazgo gremial parece estar cada vez más abierta.