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La Plata: Asaltaron por cuarta vez, la misma heladería
“Estoy en shock”, expresó Dalila, la propietaria de la heladería Gury, tras ser golpeada y encerrada por dos ladrones en un violento asalto en el barrio Meridiano V.
La Plata, 21 de octubre de 2024 - La heladería Gury, ubicada en la calle 70 entre 23 y 24, fue asaltada por cuarta vez desde su apertura en marzo de este año. En el último episodio, ocurrido el sábado a las 20:38, Dalila, la dueña del local, fue brutalmente golpeada y encerrada en el baño por dos delincuentes que, según las grabaciones de seguridad, actuaron con total impunidad.
“Me quisieron abusar”, denunció la víctima en diálogo con TN. Dalila había regresado de Brasil con la esperanza de iniciar un nuevo capítulo en su vida, pero se encontró con una serie de robos que la han dejado al borde de la desesperación. “Volví al país, aposté, puse un comercio y ahora estoy considerando vender y volver a irme”, confesó entre lágrimas.
Desde que abrió las puertas de su heladería, Dalila ha sido víctima de robos reiterados, el más reciente de los cuales fue particularmente violento. “Gracias a Dios solo me robaron el celular y la recaudación. Pero tengo que agradecer que no me violaron. El señor se estaba sacando la ropa”, relató con indignación, al tiempo que enfatizó que la falta de seguridad la obliga a operar con rejas y a vivir con miedo constante.
A pesar de haber proporcionado a la policía detalles sobre los delincuentes involucrados en los robos anteriores, la dueña denuncia que no ha recibido respuesta ni acción por parte de las autoridades. “Después del primer robo, entregamos toda la información, nombres, direcciones y hasta fotos de los ladrones, pero no hicieron nada”, lamentó.
La situación es alarmante en el barrio Meridiano V, donde los vecinos han comenzado a cuestionar la efectividad de la Comisaría 5° de La Plata. En el primer robo, ocurrido solo quince días después de la inauguración, la heladería fue despojada de importantes bienes, y, aunque se identificó a los presuntos delincuentes, las autoridades se mostraron renuentes a actuar.
En un intento de proteger a los comerciantes, Dalila recibió un botón antipánico tras los primeros robos, pero su funcionamiento ha sido cuestionado: “No sirve. No hay seguridad, nadie nos garantiza nada”, agregó, visiblemente afectada por la situación.
Mientras los vecinos aportan pruebas y testimonios, el clima de inseguridad y desconfianza en las autoridades se hace cada vez más evidente. “Hice un sacrificio enorme. Invertimos todos, mi familia, yo. Lo único que hago es perder plata”, concluyó Dalila, quien enfrenta la dura realidad de un comercio asediado por la delincuencia en una zona que parece haber sido liberada para el crimen.