En un contexto global cada vez más desafiante, representantes de sindicatos, líderes educativos y políticos de once países se dieron cita en Fortaleza, Brasil, los días 29 y 30 de octubre de 2024, para participar en un seminario internacional de educación organizado por sindicatos brasileños afiliados a la Internacional de la Educación (IE). El evento coincidió con la Reunión de Ministros de Educación del G20 y sirvió como plataforma para debatir sobre estrategias para fortalecer la educación pública en un entorno marcado por la desigualdad y la creciente presión sobre los sistemas educativos.

Un llamado a la acción global desde las aulas

Heleno Araújo, presidente de la Confederación Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) de Brasil, abrió el seminario con un contundente llamado a la acción. "La educación es el motor de esta transformación y debemos actuar desde nuestros lugares de trabajo para que nuestras acciones tengan un alcance global", expresó Araújo, destacando el papel esencial de los docentes en la construcción de una educación más inclusiva y equitativa.

En su intervención, David Edwards, secretario general de la Internacional de la Educación (IE), hizo hincapié en la importancia de fortalecer la unidad entre los trabajadores de la educación a nivel mundial. "Fortalecer la organización sindical y promover la solidaridad entre los docentes y los trabajadores de apoyo a la educación en todo el mundo son pasos cruciales para transformar la educación y la sociedad en su conjunto", señaló Edwards, subrayando que la cohesión global es clave para afrontar los retos del sector educativo.

Desigualdad, medio ambiente y sostenibilidad en la educación

Uno de los ejes centrales del seminario fue el debate sobre las desigualdades que afectan a comunidades vulnerables. Mugwena Maluleke, presidente de la IE, hizo un llamado a abordar las brechas educativas que afectan especialmente a las comunidades indígenas y afrodescendientes. "Es fundamental integrar la educación ambiental en los currículos escolares para preparar a los jóvenes frente a los desafíos climáticos que enfrenta el mundo", subrayó Maluleke, destacando que una educación inclusiva debe incluir la dimensión ambiental.

En la misma línea, Roberto Baradel, dirigente de la Central de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (CTERA), remarcó la relevancia de la solidaridad internacional en la lucha por una educación de calidad y la necesidad de buscar soluciones pacíficas a los conflictos que afectan a los sistemas educativos de todo el mundo. "Solo a través de la colaboración internacional podremos superar los obstáculos y garantizar un futuro mejor para las próximas generaciones", afirmó Baradel.

El enfoque de la ONU sobre la profesión docente

Durante el seminario, también se abordaron las 59 recomendaciones de la ONU sobre la profesión docente, que buscan mejorar las condiciones de trabajo de los educadores y promover un enfoque educativo más inclusivo y sostenible. Sonia Alesso, presidenta del Comité Regional para América Latina de la IE, convocó a los participantes a contrarrestar las narrativas que responsabilizan a los docentes por los problemas educativos. "Los docentes no son el problema, son parte de la solución", enfatizó Alesso, instando a reforzar el apoyo a los educadores y a garantizar condiciones laborales dignas que permitan a los docentes cumplir con su rol esencial en la sociedad.

La "Carta de Fortaleza" y el compromiso con la educación pública

Como resultado del seminario, se redactó la «Carta de Fortaleza», un manifiesto que reafirma el compromiso con la educación pública y el respeto a los profesionales de la educación. Este documento se presentará en la Cumbre del G20 en Río de Janeiro, donde se busca que los líderes mundiales reconozcan la necesidad de colaborar para enfrentar los desafíos globales que enfrenta la educación pública. En la carta, los participantes reiteran la importancia de la cooperación internacional para garantizar una educación de calidad, accesible y libre de desigualdades.

El seminario concluyó con un fuerte mensaje de unidad entre los docentes y los sindicatos de todo el mundo, con el objetivo de seguir trabajando por una educación pública que responda a las necesidades del siglo XXI, respetando los derechos de los educadores y promoviendo una enseñanza inclusiva, sostenible y justa para todos.