Afiliados | 26 de noviembre
Cae el Consumo en Argentina: La Cruda Realidad Detrás de las Ganancias de los Mercados Financieros
Mientras el gobierno de Javier Milei y el sector financiero celebran ganancias millonarias en los mercados especulativos, la realidad económica de las familias argentinas sigue marcando cifras alarmantes. En un contexto de inflación desbordante, tarifazos y sueldos bajos, el consumo masivo de productos básicos ha registrado una caída histórica del 20,4% en octubre, y ya encadena diez meses consecutivos de derrumbe. Con estos números, Argentina podría enfrentar el primer año completo de caída del consumo en su historia.
El Impacto de los Tarifazos y la Recesión
La caída en las ventas no es casual. La consultora Scentia, que realiza un seguimiento detallado de los tickets de compra en distintos canales de venta, señala que el consumo de la canasta básica se ha desplomado en todos los rubros, reflejando las consecuencias directas de los tarifazos impulsados por el gobierno. Estos aumentos en los servicios públicos, que duplican la inflación, han dejado a las familias sin margen para gastar en productos esenciales. La combinación de una recesión profunda y tarifas que no paran de subir está reduciendo el poder adquisitivo de los argentinos a niveles alarmantes.
De acuerdo con los datos de Scentia, el descenso en el consumo comenzó en diciembre de 2023, tras la devaluación dispuesta por el gobierno de Milei, y se ha profundizado a lo largo de 2024. En enero, la caída fue del 3,5%, y desde entonces los números se han ido agravando mes a mes. En octubre, por ejemplo, la caída fue de 20,4%, y la proyección para lo que resta del año es aún más pesimista: se espera que el consumo termine 2024 con un descenso acumulado de 12,8%.
Una Caída Sin Precedentes
Lo que hace más dramática la situación es que este desplome no es una consecuencia exclusiva de la comparación con un 2023 de altos consumos debido a la campaña electoral. Si bien es cierto que en los últimos meses de 2023 el consumo creció debido al aumento de precios, los datos de este año demuestran que la caída es estructural. De hecho, entre enero y mayo de 2023 ya se había registrado una desaceleración en el consumo, con caídas de hasta el 3,1% en mayo, que hoy se multiplican por dos.
¿Dónde está el Gasto?
Los números desglosados por rubros confirman que la caída afecta a todos los sectores sin excepción. En octubre, las ventas de bebidas con alcohol cayeron un 22,3%, mientras que las de bebidas sin alcohol descendieron un 21,7%. Los productos de higiene y limpieza, fundamentales en el hogar, registraron caídas de hasta el 25,8%. En el sector de alimentos, la caída fue del 17%, y en productos perecederos también se observó una tendencia negativa similar.
El impacto de la crisis es aún más visible en los productos de consumo impulsivo, como las golosinas, cuyo descenso en ventas superó el 29%. Estos productos, que tradicionalmente se compran por impulso al final de las compras, ahora ya no forman parte del gasto habitual de las familias, que priorizan lo estrictamente necesario.
Los Tarifazos como Motor de la Crisis
Uno de los factores más relevantes en esta caída del consumo es, sin lugar a dudas, el impacto de los tarifazos. A medida que los precios de los servicios públicos se incrementan por encima de la inflación, muchas familias se ven obligadas a redirigir su ingreso hacia el pago de tarifas, dejando menos dinero para productos básicos. Los aumentos en servicios como la electricidad, el gas y el transporte están erosionando cada vez más el poder de compra de los hogares, que ven cómo su capacidad de ahorro y consumo se reduce drásticamente.
Consultoras como Vectorial y EPyCA han señalado que el comportamiento de la inflación no refleja adecuadamente la presión que sienten los hogares. Mientras los precios de los bienes suben a un ritmo moderado (2,1% en los últimos meses), los servicios, que ya son una parte esencial del gasto de las familias, aumentan mucho más rápido, lo que está exacerbando la caída del consumo. Según estos análisis, el índice de precios al consumidor (IPC) oficial no refleja con precisión el impacto real de la inflación en los salarios, ya que no toma en cuenta la nueva realidad de los hogares, donde una proporción mayor del salario se destina al pago de servicios básicos.
Un Año Perdido Para el Consumo
El informe de Econviews, otra consultora económica, también destaca la preocupación por la caída real de los salarios. Según sus cálculos, los salarios de las familias argentinas se están deteriorando aún más rápido que lo que indican los datos oficiales de inflación. Un análisis de los ingresos y gastos de los hogares muestra que las familias ahora destinan una parte mucho mayor de su sueldo a cubrir los servicios públicos, lo que afecta directamente su capacidad para gastar en productos de consumo masivo.
A nivel macroeconómico, la proyección para los próximos meses no es alentadora. Si bien noviembre y diciembre suelen ser meses de repunte en las ventas debido a las festividades de fin de año, los analistas prevén que incluso esos meses registrarán una caída interanual, lo que marcaría la confirmación de un año completo de caída del consumo. Esto tiene implicancias graves no solo para la economía familiar, sino también para la sostenibilidad del mercado interno, que depende de un consumo robusto para mantener el ritmo de crecimiento económico.
Un 2024 con Más Dificultades
En conclusión, el 2024 será recordado como un año en el que, a pesar de las ganancias especulativas en los mercados financieros, las familias argentinas sufrieron un golpe profundo en su poder adquisitivo. Con un consumo en caída libre, el impacto de los tarifazos y la recesión golpeando duramente, el gobierno de Milei enfrenta una de sus mayores pruebas: cómo gestionar una economía que, a pesar de los esfuerzos en otros frentes, no logra recuperar el consumo y sigue mostrando una realidad económica que aleja cada vez más a las familias de los niveles de bienestar alcanzados en años previos.