El Gobierno argentino alcanzó su quinto superávit fiscal consecutivo en mayo, impulsado por una significativa reducción del gasto público real y un aumento de los ingresos fiscales por encima de la inflación. Sin embargo, este logro es matizado por ajustes que afectaron negativamente a sectores clave de la economía y del bienestar social.

Según el Centro de Economía Política Argentina (Cepa), el superávit fiscal de mayo se apoyó en una caída del gasto público real del 28,7%. Los principales recortes afectaron las obras de infraestructura (-77,9%), las jubilaciones (-16%) y los subsidios económicos (-31,8%). En términos de incidencia sobre el gasto total, los recortes se distribuyeron de la siguiente manera: 31,5% en jubilaciones, 23,2% en obra pública, 12,8% en subsidios, 10,7% en gastos operativos del Estado y 9,4% en prestaciones sociales.

Los subsidios al transporte se redujeron un 42% interanual, incluyendo la eliminación del Fondo Compensador del Interior y recortes en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). En el sector energético, la caída fue del 30%, mientras que los problemas financieros relacionados con las transferencias a Cammesa generaron tensiones, resueltas con la promesa de un pago con bono para diciembre y enero.

Por el lado de los ingresos fiscales, destacó el aumento en la recaudación del Impuesto a las Ganancias, impulsado por las declaraciones juradas de sociedades con cierre de ejercicio en diciembre de 2023. También se observó un crecimiento en retenciones (45%) e Impuesto PAIS sobre importaciones (255,8%), influenciado por la devaluación de diciembre y otros factores.

Estos incrementos contribuyeron a compensar las caídas en tributos vinculados a la actividad económica, como el IVA (-18% real), aportes a la seguridad social (-12%), impuesto a los débitos y créditos (-24%), derechos de importación (-20%) e impuestos internos (-23%).

En términos nominales, el superávit fiscal alcanzó los 2,3 billones de pesos, con ingresos fiscales de 9,2 billones y gastos aproximados de 6,8 billones de pesos. Este resultado, aunque positivo en términos contables, refleja desafíos persistentes en la economía y el bienestar social argentino.