La estructura productiva de Santa Fe atraviesa uno de sus momentos más críticos. Desde finales de 2023, más de 2.000 pymes cerraron sus puertas y al menos 12.456 trabajadores perdieron su empleo, en medio de una apertura importadora que alcanzó niveles históricos y golpea de lleno a los sectores industriales de la provincia.

Según la Asociación de Pequeñas y Medianas Empresas de Santa Fe (Apyme), el peso de las importaciones en el PBI trepó al 31% en 2025, el registro más alto en más de veinte años, desplazando a la producción local y dejando a miles de firmas sin margen para resistir.

Sectores al borde del colapso

Las áreas más afectadas son las más expuestas a la competencia externa:

• Línea blanca

• Calzado

• Maquinaria agrícola

• Textil

• Materiales para la construcción

En algunos rubros, las importaciones crecieron entre un 40% y un 2.500%, según detalla Apyme. El impacto llega tanto por la avalancha de productos terminados —como heladeras, lavarropas, motos o calzado— como por bienes de capital que reemplazan producción local.

Uno de los casos más paradigmáticos fue el de una empresa láctea que importó naves industriales completas desde China, listas para montar y con un costo cuatro veces menor al de una obra nacional. “Con esta lógica, es imposible competir”, advierten desde el sector.

Más de 12.000 empleos perdidos

La destrucción de pymes tuvo un correlato directo en el mercado laboral. Desde noviembre de 2023:

• La línea blanca perdió 832 puestos.

• La maquinaria agrícola, 730.

• La industria automotriz, 716.

• La cadena frutihortícola sufrió una caída superior al 22% del empleo registrado.

En total, Santa Fe ya registra un descenso del 2% en el empleo formal, con despidos que se concentran en sectores industriales de alta demanda de mano de obra calificada.

“La apertura nos está matando”

El presidente de Apyme Santa Fe, Mario Galizzi, fue contundente:

“La apertura de importaciones está matando a las pequeñas empresas. Cerraron 12 compañías de línea blanca y alrededor de 80 textiles. Las que quedan trabajan al 40%”.

La caída de ingresos y consumo interno agrava el panorama. Con menos ventas y mayor competencia externa, cientos de firmas quedan sin herramientas para sostenerse. Apyme advierte que la apertura actual es “más brusca y profunda” que la de 2016–2019, esta vez sin crédito productivo ni políticas de transición.

Un mapa industrial en transformación

La provincia, históricamente uno de los polos productivos del país, enfrenta ahora un deterioro acelerado:

• 2.020 empresas cerradas en menos de dos años.

• Importaciones que afectan tanto bienes finales como maquinaria estratégica.

• Una economía local que pierde capacidad industrial y mano de obra calificada.

Para Apyme, la salida requiere revisar la política comercial, equilibrar la apertura con criterios productivos y proteger el trabajo. Mientras tanto, el tejido industrial santafesino sigue en retroceso, sin señales de freno.