La reciente visita de una comitiva de la Asociación del Personal Legislativo (APL) a Uruguay, encabezada por su secretario general Norberto Di Próspero, ha generado un fuerte revuelo dentro del gremio y en el ámbito político. El viaje, que tuvo como objetivo entregar el Premio a la Lealtad 2024 al expresidente uruguayo José «Pepe» Mujica, desató una ola de críticas por los presuntos excesivos gastos cubiertos con fondos del sindicato, en un contexto de tensiones y ajustes internos.

Di Próspero, acompañado de los dirigentes Marcelo Gil, Freddy Montenegro y Natalio Balderrama, viajó a Montevideo para hacer entrega de la distinción en reconocimiento a la vida y obra de Mujica, quien, según la APL, ha destacado por su «compromiso inquebrantable con los valores de la justicia, la solidaridad y la dignidad humana». La ceremonia se realizó en la residencia del exmandatario, en las afueras de la capital uruguaya.

Sin embargo, lo que debería haber sido un acto de homenaje se convirtió rápidamente en motivo de controversia. Las críticas internas dentro del gremio apuntan a los elevados costos que implicó el viaje, que se perciben como innecesarios en medio de un contexto económico y político complejo para los trabajadores legislativos. En las últimas semanas, el Senado de la Nación fue escenario de fuertes recortes laborales, con el despido de más de 50 empleados a través de decretos firmados por la vicepresidenta de la Nación, Victoria Villarruel. Desde la llegada de la nueva conducción, las bajas en el Senado alcanzan los 419 despidos.

En este marco, la decisión de Di Próspero de viajar a Uruguay junto a varios dirigentes gremiales, además de al menos tres personas no identificadas con la APL, ha sido recibida con malestar por algunos afiliados. Según fuentes consultadas por *Mundo Gremial*, los cuestionamientos apuntan no solo a los costos del viaje, sino también a la falta de transparencia sobre los fondos utilizados para financiar la travesía.

Además, la relación cada vez más cercana entre Di Próspero y la presidencia del Senado, liderada por Villarruel, ha generado suspicacias entre los trabajadores legislativos. El secretario general de la APL ha sido señalado por algunos como el interlocutor preferido de la vicepresidenta en las negociaciones con los sindicatos, en un contexto de ajuste salarial que afecta a los empleados del Congreso.

La combinación de la falta de claridad en los gastos del viaje y las tensiones por el ajuste salarial ha colocado a Di Próspero en el centro de la escena, generando un creciente malestar en el seno de la APL y en el entorno político del Congreso. En tanto, el gremio se enfrenta a un desafío interno para mantener la unidad en medio de la crisis laboral que afecta a los trabajadores legislativos.