El Gobierno libertario ultima los detalles de un nuevo plan de retiros voluntarios destinado a achicar la dotación de trabajadores de los Medios Públicos, en un escenario de fuerte vaciamiento y reestructuración del sistema estatal de comunicación. La medida abarcará a la Televisión Pública y Radio Nacional, y volverá a abrir un proceso que ya había generado tensión con los gremios del sector.

Según publicó Infobae, la administración busca reducir una porción del plantel compuesto por 2.400 empleados entre ambas emisoras. El objetivo oficial es avanzar con el mecanismo antes de fin de año. “La idea es abrir el retiro voluntario, ver la aceptación que tiene para hacer el cálculo de cuántos se suman y empezar a negociar las indemnizaciones”, explicó un funcionario involucrado en la iniciativa.

Lanari, el encargado del ajuste

El encargado de instrumentar el nuevo recorte será Javier Lanari, recientemente designado al frente de la Secretaría de Medios y Comunicación tras la llegada de Manuel Adorni como ministro coordinador. Lanari, periodista de trayectoria en medios privados y alineado al oficialismo, será el responsable directo de ejecutar las políticas de reducción de personal, lo que generó críticas en el sector por el rol que deberá asumir frente a sus propios «colegas».

La estrategia oficial también incluye la idea —dejada trascender por el propio Gobierno— de fusionar RTA (Radio y Televisión Argentina) con Contenidos Artísticos e Informativos, unificando estructuras y disminuyendo aún más los recursos del sistema público de comunicación.

Recorte, rebranding y privatización en el horizonte

El achique busca impactar sobre los 1.300 trabajadores de la Televisión Pública y los 1.100 de Radio Nacional, mientras la subsecretaria de Medios, Bárbara Pintelos, actúa como coordinadora de las políticas específicas para el sector desde su incorporación en julio.

Fuentes oficiales señalaron a este medio que las ofertas económicas para quienes adhieran al retiro voluntario serán “razonables”, ajustadas al rango y a la antigüedad de cada empleado. Sin embargo, el proceso anticipa una fuerte disputa con los gremios, que mantienen el estado de alerta ante cada movimiento que afecte la continuidad laboral del personal.

En paralelo, el Gobierno promete avanzar en un cambio de imagen integral de la Televisión Pública, que incluiría nueva identidad gráfica, modificaciones en la programación y un rediseño estético orientado a preparar el terreno para la privatización anunciada por la administración libertaria.