Desde 2011, Argentina no ha logrado crecimiento económico y el devenir irregular de su economía ha reducido las oportunidades de distribución. Profesionales de la economía analizan las políticas públicas necesarias para mejorar el futuro de la industria del país, destacando un diagnóstico preocupante sobre la situación actual.

Según los investigadores de Futuros Mejores, Argentina posee recursos valiosos que el mundo necesita, como la agrobioindustria, la biotecnología, el potencial energético y minero, sectores industriales competitivos a nivel global, servicios basados en el conocimiento y un enorme potencial turístico. Sin embargo, el país parece estar perdiendo oportunidades para capitalizar estos activos.

Hace dos décadas, la creencia predominante era que la mejor política industrial era la ausencia de políticas. Esta perspectiva, que confiaba en la autorregulación de los mercados, ha cambiado desde la crisis financiera global de 2008/9. Las economías desarrolladas han comenzado a adoptar políticas industriales más activas y estratégicas, mientras que Argentina ha optado por reducir el rol del Estado en la economía.

La pandemia ha puesto en evidencia la necesidad de una estructura productiva flexible y adaptativa. Futuros Mejores señala que el aislamiento de Argentina de las discusiones y prácticas globales es preocupante, especialmente en comparación con políticas recientes como la eliminación de la Ley de Compre Argentino y el programa Prodepro por el gobierno de Javier Milei, y la instauración de un Régimen de Importaciones (RIGI) que carece de compromiso con la industria local. El 97% de las empresas que participaron en Prodepro mejoraron sus indicadores de productividad, según los datos de Leandro Mora Alfonsín, Lucía Cirmi, Stefano Pavesa y Sebastián Hernaiz.

A nivel internacional, las principales economías están implementando políticas industriales innovadoras. En Estados Unidos, la Ley de Reducción de la Inflación (IRA), la Ley Bipartidista de Infraestructura (BIL) y la Ley CHIPS & Science están impulsando la competitividad y la innovación, con un enfoque en reducir la dependencia de Taiwán en semiconductores y fomentar tecnologías verdes.

China, por su parte, continúa aumentando su inversión en política industrial, con casi 2 puntos del PIB destinados a créditos y subsidios para empresas estratégicas, en línea con el plan Made in China 2025. En Europa, la Alianza Europea de Baterías (EBA 250) está desarrollando tecnologías avanzadas en baterías y garantizando el suministro de minerales críticos.

Brasil ha lanzado el programa Nova Industria Brasil (NIB), que se centra en áreas clave como seguridad alimentaria, sanidad, energía, infraestructura, transformación digital y defensa, con el apoyo del BNDES y del sector privado.

México, en contraste, está reforzando su posición en sectores clave y atrayendo inversiones extranjeras con planes como el de la planta Tesla en Monterrey y el desarrollo de proveedores de componentes para vehículos eléctricos.

Futuros Mejores advierte que las políticas económicas actuales de Javier Milei, centradas en la desregulación y la reducción del déficit, están desfasadas frente a las tendencias globales. El Estado tiene la capacidad de implementar políticas diversas y estratégicas, y aún queda mucho por hacer en el ámbito industrial para posicionar a Argentina en el escenario internacional.

El país se enfrenta a un desafío crucial: actualizar sus estrategias económicas para no quedar rezagado frente a una economía global en constante evolución.