En un reciente anuncio que ha generado reacciones encontradas, los gremios de seguridad privada han alcanzado acuerdos salariales con la cámara empresaria del sector, CAESI. Sin embargo, la pregunta persiste: ¿realmente se trata de mejoras sustanciales para los trabajadores o son solo soluciones temporales que no abordan los problemas estructurales del sector?

La Federación de Trabajadores de Seguridad Privada (FATRASEP), liderada por el santacruceño Julio Gutiérrez, confirmó un aumento salarial significativo para los vigiladores y custodios de diversas regiones del país. A partir de octubre, el salario inicial ascenderá a $1.155.000, con un incremento adicional a $1.210.000 en noviembre. Este acuerdo beneficiará a los trabajadores de los sindicatos regionales SUVICO de Córdoba, UESEVI de Rosario, SIVISEP de Tucumán y UPSAP de la Patagonia.

Por su parte, la Unión Personal de Seguridad Privada (UPSRA) también dio a conocer su acuerdo paritario bajo el convenio colectivo 507/07, que contempla un aumento del 11% en dos tramos: un 6% desde octubre y un 5% desde noviembre, llevando el salario total a las mismas cifras acordadas por la FATRASEP.

A pesar de estas noticias, persisten dudas sobre si estos aumentos son suficientes para mejorar las condiciones laborales de un sector que ha enfrentado históricamente problemas de precariedad y baja remuneración. La suma de salario básico, presentismo y viáticos es el único camino para alcanzar cifras que aún se sitúan por debajo del costo de vida en muchas regiones del país.

La situación plantea un dilema crucial: ¿son estos acuerdos un avance real hacia una mejor calidad de vida para los trabajadores de la seguridad privada, o meramente un intento de calmar la creciente indignación en un sector que sigue luchando por ser valorado y respetado? La comunidad espera respuestas que vayan más allá de ajustes salariales y que contemplen mejoras duraderas en las condiciones laborales.