La renovación de la cúpula de la Confederación General del Trabajo (CGT) se perfila como uno de los procesos más importantes de la central obrera en los últimos años. Carlos Acuña, uno de los integrantes del actual triunvirato que lidera la CGT, comenzó a dar señales claras de que no buscará renovar su mandato, sumándose así a la decisión pública de Héctor Daer de abandonar la conducción este 2025.

Con el mandato del actual triunvirato llegando a su fin, la central obrera deberá definir antes de fin de año si mantiene este modelo de conducción colegiada o si regresa a la figura tradicional de un Secretario General único. Este debate se da en un contexto de fuerte presión política y gremial, donde la CGT busca renovar fuerzas para enfrentar un escenario complicado con el gobierno libertario.

Acuña, referente del sector de los estacioneros y aliado del poderoso gremio gastronómico liderado por Luis Barrionuevo, no ha confirmado abiertamente su salida, pero sus gestos y declaraciones apuntan hacia un paso al costado. Llegó a la conducción en 2016 junto a Daer y Juan Carlos Schmid en la reunificación del gremio y fue parte de un mandato marcado por tensiones internas, que llevó a la renuncia de Schmid y de varios referentes del moyanismo. Luego, la pandemia extendió los plazos y permitió mantener la estructura, aunque con cambios como la salida de Pablo Moyano y la incorporación del camionero Octavio Arguello.

Por su parte, Daer, líder del gremio de Sanidad y vocero de los llamados Gordos e Independientes, anunció públicamente que no continuará en el cargo tras nueve años al frente, resaltando la necesidad de un recambio generacional: “He conversado con muchos compañeros del Consejo Directivo y trabajaré para fortalecer la unidad hasta noviembre, cuando se renovarán los mandatos”, afirmó.

La salida de estas figuras clave —junto a la ya consumada de Moyano— abre un amplio debate en Azopardo sobre cómo será la nueva etapa. En juego está la continuidad del triunvirato o el regreso a una conducción unipersonal, además de definir el perfil de liderazgo necesario para hacerle frente al gobierno libertario, considerado por muchos un adversario de la clase trabajadora y el sindicalismo.

Varios nombres comenzaron a circular como posibles sucesores para asumir la Secretaría General, entre ellos Jorge Sola, referente del Seguro, Cristian Jerónimo del gremio del vidrio, y el propio Octavio Arguello, quien no descartó continuar en su lugar.

El escenario de la CGT se muestra abierto y dinámico, con fuertes expectativas y la certeza de que la renovación implicará un cambio de rumbo en la central obrera más importante del país. La definición se espera para antes de fin de año y promete marcar un capítulo decisivo en la historia sindical argentina.