La relativa tranquilidad que había logrado el Ministerio de Capital Humano tras las elecciones pareciera haber llegado a su fin. La última semana reactivó un conflicto que llevaba meses latente y que vuelve a exponer las profundas tensiones dentro de la estructura que conduce Sandra Pettovello. El detonante: los avances judiciales en la causa que la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (UATRE) impulsa contra varios funcionarios y dirigentes, entre ellos el secretario de Trabajo, Julio Cordero.

El expediente, que encabeza el titular de UATRE, José Voytenco, acusa a Cordero; al exdirector de Asociaciones Sindicales Claudio Aquino; y al diputado de La Libertad Avanza y exreferente del gremio Pablo Ansaloni, de integrar un supuesto entramado destinado a disputar y apropiarse de la conducción sindical. Con las novedades judiciales de los últimos días, el conflicto volvió a instalarse en la primera línea de la política laboral.

Cordero apunta a su segunda línea: la mira sobre Claudia Testa

Los nuevos movimientos de la causa reactivaron las internas dentro del área laboral del Gobierno. Cordero sospecha que su segunda en la jerarquía, la subsecretaria de Relaciones del Trabajo Claudia Testa, mantiene vínculos con Voytenco. En el entorno del funcionario se mencionan incluso versiones de una renuncia inminente, alimentadas por la citación judicial que recibió Testa y su declaración en la que tomó distancia de su propio jefe.

La situación expuso un quiebre abierto entre ambos funcionarios, un dato que vuelve a tensar la arquitectura política del Ministerio.

Denuncias cruzadas y un vínculo bajo la lupa

La desconfianza de Cordero no surge únicamente del expediente principal. En otro tramo judicial, el dirigente opositor a Voytenco, Eduardo Davico, presentó una denuncia ante el Juzgado Criminal y Correccional Nº 12 para que Testa se aparte de cualquier resolución vinculada a la UATRE. Allí señala una presunta relación personal entre Testa y el secretario general del gremio, que se remontaría a la etapa en la que ella se desempeñaba como funcionaria en la Ciudad de Buenos Aires, fortalecida a lo largo del tiempo mediante contactos empresariales.

Ese señalamiento terminó de profundizar la grieta interna, al colocar a Testa en el centro de un conflicto que ahora no sólo enfrenta a UATRE con funcionarios nacionales, sino que también desata rivalidades dentro del propio Ministerio.

Un equilibrio que ya no se sostiene

Las idas y vueltas en los expedientes, sumadas a las acusaciones cruzadas entre Cordero y Testa, vuelven a dejar en evidencia que la calma que se había instalado después de las elecciones duró poco. Las tensiones internas, que parecían haber quedado momentáneamente en pausa tras el triunfo oficialista, reaparecieron con fuerza.

Con una nueva escalada del conflicto de UATRE y un clima de desconfianza dentro del área laboral, el Ministerio de Capital Humano enfrenta un escenario en el que los alineamientos internos vuelven a reconfigurarse. Todo indica que el período de paz postelectoral se agotó y que la disputa por el control político y administrativo del área laboral regresa al primer plano.