El Gobierno volvió a poner la mirada en un antecedente clave de flexibilización laboral: la adenda Vaca Muerta, un acuerdo firmado en 2017 por el fallecido dirigente petrolero Guillermo Pereyra que modificó el Convenio Colectivo de Trabajo para la actividad no convencional. El ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, y el ministro del Interior, Diego Santilli, la mencionaron en las últimas horas como ejemplo del espíritu que persigue la nueva Reforma Laboral libertaria.

Mientras el texto final de la reforma —cuyo borrador fue filtrado semanas atrás por InfoGremiales— permanece bajo estricta reserva y está siendo revisado por la Secretaría Legal y Técnica en Casa Rosada, Santilli reconoció que el Gobierno tomó como referencia directa este acuerdo petrolero para delinear los nuevos lineamientos laborales. De hecho, la adenda ya había sido utilizada en su momento como base para los proyectos flexibilizadores impulsados durante la gestión de Mauricio Macri.

Una adenda diseñada para bajar costos y endurecer condiciones

El documento completo, que InfoGremiales vuelve a publicar, reconfigura de manera sustancial el régimen laboral del sector al adaptar el convenio tradicional a las necesidades de la explotación no convencional en Vaca Muerta. La adenda eliminó beneficios, incrementó la carga laboral y modificó rutinas históricas para facilitar la continuidad operativa y reducir costos.

Entre los puntos más relevantes, se destacan:

• Eliminación del cuarto operario (“cuarto hombre”) en los equipos de perforación, lo que redujo directamente la dotación mínima de personal.

• Redefinición o eliminación de pagos por “tiempos muertos”, como traslados, esperas o pausas obligadas, que dejaron de contabilizarse como horas de trabajo remuneradas.

• Aumento del límite de velocidad del viento permitido para realizar tareas críticas, lo que habilitó la continuidad de la actividad en condiciones que antes obligaban a detener las operaciones.

• Control más severo de ausencias y mayor disponibilidad del personal, con penalizaciones más estrictas.

• Polivalencia laboral ampliada, permitiendo que un trabajador realice múltiples tareas antes asignadas a distintos puestos.

Jornadas más extensas y nuevos esquemas de trabajo

Con el aval de Pereyra —entonces secretario general de los Petroleros de Vaca Muerta y senador nacional—, la adenda llevó la jornada laboral a niveles inéditos:

• 12 horas diarias bajo un esquema 2×1,

• 8 horas diarias bajo un esquema 6×2,

regímenes diseñados para compatibilizar la lógica de la producción continua e intensiva del fracking.

Limitaciones al ejercicio del derecho de huelga

Otro de los puntos más controvertidos fue la regulación del derecho de huelga. La adenda estableció:

• Una instancia obligatoria de conciliación previa de 10 días antes de cualquier medida de fuerza,

• Guardias mínimas obligatorias para garantizar la continuidad productiva, lo que en los hechos funcionó como una declaración tácita de servicio esencial para el sector.

El modelo que inspira la reforma libertaria

Para el Gobierno de Javier Milei, la adenda Vaca Muerta es una referencia directa del esquema laboral que pretende replicar a nivel nacional con la Reforma Laboral libertaria. Caputo y Santilli destacaron públicamente el acuerdo como un “caso testigo” de flexibilización exitosa orientada a impulsar la inversión y reducir costos.

Mientras tanto, el texto final de la reforma sigue sin conocerse y se mantiene bajo estricto control oficial, aunque fuentes cercanas al Consejo de Mayo confirman que recoge buena parte de las lógicas de la adenda petrolera.