El proyecto de Presupuesto 2026 del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires anticipa un fuerte ajuste sobre las áreas sociales más sensibles. Según un informe del Observatorio Económico de la Ciudad del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), los recursos destinados a educación, salud, desarrollo humano, vivienda y cultura sufrirán reducciones reales que van del 3 al 15 por ciento, consolidando un esquema de gasto que impactará de lleno en los servicios públicos y en los sectores populares.
En educación, el recorte previsto alcanza el 3,5 por ciento, y acumula una baja cercana al 13 por ciento desde 2023, equivalente a casi 500 mil millones de pesos. Las partidas destinadas a infraestructura escolar caen 11 por ciento, las becas estudiantiles retroceden 5, y también se reducen los subsidios a cooperadoras, así como los fondos para educación inicial, técnica y de adultos.
El área de salud muestra una contracción del 2,7 por ciento, con una pérdida acumulada del 10 por ciento desde 2023. Los grandes hospitales públicos —como el Argerich, Durand y Fernández— verán reducidos sus recursos entre 5 y 7 por ciento. En tanto, los hospitales de salud mental sufrirán recortes aún mayores: el Moyano perderá cerca del 10 por ciento de su presupuesto, el Alvear más del 8 y el Borda un 3,5.
El Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat será uno de los más golpeados: su financiamiento caerá 10 por ciento en términos reales, lo que representa más de 100 mil millones de pesos menos que en 2025. Los programas de políticas alimentarias, abordaje comunitario y atención inmediata tendrán fuertes caídas, mientras que las políticas en adicciones pierden 12 por ciento. El programa Ciudadanía Porteña se mantiene, aunque los fondos para fortalecimiento comunitario acumulan una baja del 17 por ciento en tres años, afectando a comedores, centros barriales y redes sociales.
El ajuste también alcanza a la vivienda: el presupuesto del Instituto de la Vivienda de la Ciudad (IVC) se reduce 15 por ciento, el nivel más bajo en siete años. Las partidas para urbanización de villas y barrios populares caen 27 por ciento, mientras que el plan de alquileres retrocede 8.
El Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana recorta su gasto en 7 por ciento, incluyendo una baja del 15 por ciento en agua potable y alcantarillado. En cambio, aumentan las partidas para alumbrado público (20%) y obras de mantenimiento urbano (22%), dos áreas históricamente vinculadas a la obra pública de alto impacto visual.
En seguridad, área prioritaria del oficialismo, también habrá recortes. La Policía de la Ciudad perderá 19 por ciento de su presupuesto, mientras que Bomberos y Defensa Civil sufrirán bajas del 35 y 30 por ciento, respectivamente.
La cultura no queda exenta: su presupuesto total se reducirá 15 por ciento, acumulando una contracción del 37 por ciento desde 2023. El Complejo Teatral de Buenos Aires será el más afectado, con un recorte superior al 40 por ciento; el Teatro Colón perderá 7, y el programa Cultural en los Barrios caerá 25 por ciento.
El informe de CEPA concluye que el proyecto de Presupuesto 2026 prioriza la estabilidad fiscal sobre las políticas sociales, pese a que la Ciudad proyecta un crecimiento económico y de recaudación superior al 25 por ciento. Detrás del discurso de “eficiencia administrativa”, advierte el organismo, se consolida un ajuste estructural que reduce la capacidad estatal de garantizar derechos básicos y profundiza las desigualdades urbanas.